El origen de la Cartuja de Aula Dei hay que buscarlo en los Monegros. A cuatro kilómetros de la población de Lanaja los monjes de la Orden de San Bruno decidieron instalar un monasterio. En medio de un paisaje estepario llegaron a levantar buena parte de aquel monasterio, no con ciertas dificultades económicas. Sin embargo la insalubridad del agua de boca y su mala ubicación hicieron que tuvieran que abandonarlo. Buscaron un sitio más apto y lo encontraron a orillas del río Gállego, cerca de la ciudad de Zaragoza. Juan de Alagón facilitó la compra de la torre María de Cariñena, junto al azud de donde nace la acequia de la Urdana. Una de la condiciones del contrato decía que la torre, edificio de dos plantas con oratorio, debía mantenerse así. De hecho en la actualidad sigue en pie. El 14 de agosto de 1563 llegaban los nueve monjes. A los seis meses comenzaron las obras según los planos de Martín de Miteca y dos padres de la orden. Don Hernando de Aragón fue el fundador y principal benefactor de las obras de la cartuja, donando rentas proporcionadas de su cargo de virrey.
La cartuja de Aula Dei cuenta con veinticinco hectáreas de cultivo, siendo tres hectáreas lo que ocupan las instalaciones en sí, rodeadas de un recinto amurallado. El edificio más importante es la iglesia, a cuyos lados se abren dos pequeños claustros. En uno de ellos se abren dieciocho capillas que datan del año 1566, y sirve de acceso a la sala capitular. En el otro se encuentran estancias como el refectorio y la biblioteca. Y en la parte trasera de la iglesia se abre el gran claustro compuesto por una treintena de celdas dispuestas alrededor de un espacio central donde se ubica el cementerio. La vida monástica de la orden de San Bruno combina el fraile de comunidad con la vida de ermitaño. Para ello necesita de un lugar de recogimiento, la celda. Allí el fraile tiene un espacio para comer y estudiar, para dormir y rezar, y también un taller y un pequeño huerto. Esta disposición fue pionera y sirvió de modelo para la posterior construcción de las cartujas de Scala Coeli (Évora, Portugal), Ara Christi (Valencia), Cartuja Baja (Zaragoza), Nuestra Señora de las Fuentes (Huesca), y Jesús Nazareno de Valldemosa (Mallorca).
Desde la carretera parte un delicioso paseo flanqueado por centenarios plataneros. Al fondo está la portería, por donde se accede al recinto monacal. A continuación surge el patio de Honor, en torno al cual se levantan dos edificios de ladrillo con galería de arcos de medio punto en la parte superior. Uno estaba destinado a la hospedería y el otro a las habitaciones de los hermanos, religiosos que estaban en contacto con el exterior. Al frente está la iglesia, levantada entre 1564 y 1567. Su única nave se cubre con bóvedas de crucería estrellada. Un siglo después fue levantada la torre, en 1686. De ladrillo, se alza en planta cuadrada y se remata con un cuerpo octogonal. Un chapitel bulboso y elegante culmina el elemento más visible de la cartuja. La portada fue realizada por Manuel Ramírez de Arellano en el año 1722. Se trata de una fachada en yeso de estilo rococó. En 1757 se elaboró por el mismo maestro el retablo mayor, de madera policromada en estilo barroco. En 1774 se encarga a Francisco de Goya pintar los muros altos de la iglesia. Se trató de once grandes frescos que representan escenas de la vida de la Virgen. Debido a las malas condiciones de humedad cuatro de ellos fueron tresbatitos*. Sin duda, son el elemento artístico más importante con que cuenta la cartuja.
*Tresbatir: Perder.
La vida religiosa se vio interrumpida durante el siglo XIX. Entre los años 1809 y 1814 la cartuja fue desalojada debido a la entrada de las tropas francesas, durante la guerra de la Independencia. En este periodo fue utilizada como cuartel de caballería y artillería. Tras la desamortización de Mendizábal fue nuevamente abandonado a la fuerza. En este caso se vendió y se ubicó una fábrica de sedas, donde también se alojaban los operarios. Hasta 1901 no volvió nuevamente la vida monacal al ser comprada por la Cartuja de Grenoble. La nueva comunidad restauró el monasterio y se repintaron algunos frescos de Goya totalmente perdidos.
Una de las curiosidades de la cartuja fue la polémica por la prohibición del acceso al recinto monástico a las mulleres* debido a las rígidas normas de la orden de San Bruno. En el año 1996, con motivo del 250 aniversario del nacimiento de Goya, el Gobierno de Aragón organizó visitas a los frescos de Aula Dei, pero sólo a los hombres. Ello generó una polémica que obligó a la orden religiosa dos años después a permitir el acceso a mujeres a través de un pasadizo evitando las interferencias con la comunidad religiosa. Con anterioridad sólo tres mujeres habían pisado la cartuja, gracias a la bula papal: la infanta Isabel, en 1913, la restauradora Teresa Grasa en 1978 y la secretaria judicial Inés Lafuente en 1995. El 11 de noviembre de 1998 la reina Doña Sofía fue la primera mujer en acceder al recinto por la puerta de entrada sin bula papal por cortesía de los cartujos. Posteriormente fue necesario ampliar el horario de visitas, que resultaban insuficientes.
*Muller: Mujer.
En la actualidad ya no viven cartujos. Su avanzada edad y las dificultades para mantener las instalaciones debido a su reducido número les obligaron a trasladarse en 2011 a las cartujas de Porta Coeli en Valencia y Miraflores en Burgos. Para asegurarse el futuro religioso de la cartuja se llamó a la Comunidad Chemin Neuf para confiarles su uso. Esta congregación nació hace tan sólo unas décadas, en 1973, como un grupo de oración en Lyon (Francia). En la actualidad cuenta con dos mil miembros en 27 países, mujeres y hombres consagrados con Dios que hacen votos de castidad, así como matrimonios y familias. La comunidad agrupa a hermanos y hermanas que han optado por vivir, rezar y evangelizar juntos. Actualmente en la Cartuja de Aula Dei continua la vida comunitaria de oración a través de un centro internacional de formación cristiana. Se proponen ciclos de formación bíblica, teológica y comunitaria de tres meses orientado a todas las personas. Otros servicios que ofrecen son los encuentros Caná, que a lo largo de seis días permiten a matrimonios y familias un tiempo de pausa y encuentro conyugal a través del diálogo y la reconciliación. También se ofertan retiros de ocho días según los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. Todo ello se complementa con un grupo de oración carismática todos los martes y eucaristía con la comunidad los domingos.
Y finalmente los sábados se realizan visitas que permiten conocer la Cartuja de Aula Dei, con un nuevo recorrido desde el año 2013. El visitante entra a través de la portería y el patio de Honor, admirando en la iglesia las pinturas de Goya. Después puede adentrarse en el claustro de las capillas y ver la sala capitular. Y también puede acceder a una de las celdas conservada tal y como era usada por los cartujos. Afortunadamente la cartuja ha preservado la mayor parte de la riqueza artística y arquitectónica atesorada durante más de cuatro siglos de historia, y de la cual ahora vela la Comunidad Chemin Neuf, con un nuevo proyecto más abierto y acorde a la sociedad actual.
elcadodechorche