Hoy es un día importante para Caspe y para su Patrimonio. Hoy comienza una nueva edición de la Escuela Taller, que se va a centrar en la rehabilitación del claustro del convento de Franciscanos. Es una noticia que viene a paliar, en cierto modo, el desconsuelo que produjo en muchos caspolinos el adiós de la comunidad franciscana de nuestra ciudad, en otoño de 2015, tras más de 120 años de presencia y fructífera labor.
Alabamos que el Excmo. Ayuntamiento haya actuado con diligencia, pues el convento en estado de abandono corría el riesgo de entrar en un deterioro todavía mayor. Se ha actuado de modo valiente y pensando en las inmensas posibilidades que las dependencias del antiguo convento tienen para fines culturales. Habrá que tener paciencia, esperar que los alumnos se formen y cruzar los dedos para que la intervención sea un éxito.
Aplaudimos la apuesta que hace el Ayuntamiento. Sin duda. Pero hoy desvelamos la prueba de que hace 20 años que el claustro tenía que estar restaurado. Así se acordó en 1997 entre el Gobierno municipal y los frailes. El documento lo guardó celosamente en su celda el Padre Valentín, y pocos días antes de marcharse de Caspe nos entregó una copia. Muy atentos a la cláusula cuarta del convenio.
Vemos pues cómo el Ayuntamiento, en aquel momento y en las décadas que han pasado, ha incumplido este convenio. Que conste en acta.
Paz y Bien para la nueva escuela taller.
Roque Frau
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