Poesía a Caspe

Adiós mi Caspe querido,
adiós mis ríos que os bañan,
adiós mis montes y valles;
adiós mis balsetes de agua
que, cuando yo llego sediento
en medio de aquella calma,
dejáis sumergir mis manos
en vuestras tranquilas aguas,
y llenar mis cantimploras
con aquellas mismas ansias
que un perdido en el desierto
que no encuentra gota de agua.
.
Y me alejo de vosotros
sin daros aún las gracias.
Todo esto no sé qué tiene,
ni tampoco mi nostalgia;
pero cuando yo me alejo 
de ésta mi pequeña Patria,
mi cuerpo parece autor
de un gran crimen por venganza.
Y estando por esas tierras
donde el destino me manda,
nunca miro lo que hago
ni nada me importa nada.
.
Soy como el legionario
que, en una cruel batalla,
con la sonrisa en los labios
de su trinchera se lanza,
creyéndose invulnerable
contra el plomo y la metralla. 

Jesús Jiménez

Publicado en la revista Aula Antigua, Grupo Cultural Caspolino, 1989

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