Se cumplen estos días cuarenta años de aquella actuación que, comandada por la recordada Pilar Sancho Gallús, a la sazón concejal, permitieron, gracias al altruismo de muchos caspolinos, adecentar la vertiente norte de la Colegiata. Lo que hasta entonces había sido monteriza se aseó y recuperó como espacio de paseo y disfrute. Cierto que las obras no tuvieron mucho rigor; pero de como estaba a como lo dejaron, las imágenes hablan por sí solas.
Transcurridas cuatro décadas, los jardines (¿¿??) están recuperando poco a poco ese aspecto asilvestrado, sucio, abandonado que tuviera entonces. Se ha intentado de todo y nada ha cuajado. Ni siquiera el Sexto Centenario supo dar una solución definitiva y digna a ese espacio.
Ojalá nos equivoquemos, pero empezamos a temer que ahi hay gato encerrado, fantasma del castillo, mano negra o algún tipo de hechizo. Pero el asunto no lleva camino de resolverse. Y, por desgracia para todos, ya no está Pilarín.
AACC
Debe estar conectado para enviar un comentario.