La Romería de la Virgen de la Estrella de Mosqueruela

De entre las muchas romerías que se celebran en Aragón, destaca una por lo que tiene de particular: es la única que se desarrolla durante dos jornadas. Los romeros salen de Mosqueruela, en la Sierra de Gúdar turolense, y recorren 17 kilómetros hasta llegar a la iglesia de la Virgen de la Estrella. Allí conviven durante una noche para retomar al día siguiente una rogativa en la que es tan importante el ritual de la ida como el de la vuelta.

La romería saliendo de Mosqueruela con destino al Santuario. Fuente: Cofradía Virgen de la Estrella

La devoción a la Virgen de la Estrella en Mosqueruela comienza siglos atrás. El religioso carmelita Roque Alberto Faci recoge en su libro “Aragón Reyno de Christo y Dote de María SSma”, publicado en 1739, el relato de la aparición de la imagen de la Virgen en el paraje en el que hoy se levanta la Iglesia. Escribe que un pastor vio un “gran resplandor que casi le privó la vista” y “entre tantas luces una Celestial Matrona, la S. imagen de María SSma., sentada como Reyna soberana y con su hijo SS. en el brazo izquierdo, y que con la mano derecha ostentaba una brillante estrella”.

Imagen de la Virgen de la Estrella

El pastor avisó entonces a los de Mosqueruela, que fueron en procesión “a ver aquel raro prodigio.” La imagen fue adorada y trasladada a la iglesia parroquial pero, como suele ser habitual en este tipo de historias tradicionales, desapareció del templo para volver a aparecer en el paraje en el que fue encontrada. Así fue por tres veces por lo que, según apunta Faci, “conocieron era voluntad de María SSma., ser venerada en aquel bosque.”

El Santuario de la Virgen de la Estrella, destino final de la romería.

Se supone que, inmediatamente después de aquellos sucesos, se construyó en el lugar una ermita para albergar la imagen. Tras ser ampliada varias veces, se convirtió en el templo de estilo barroco que existe en la actualidad. Antes ya se había construido, justo al lado, una vistosa casa de grandes dimensiones con salones, cocinas y habitaciones para el uso común de los peregrinos.

La Iglesia de la Virgen de la Estrella data de 1724. Y, precisamente en ese tiempo, está constatada una gran afluencia de peregrinos que ayudan a desarrollar el núcleo constructivo y de población.  Se sabe que llegaron a celebrarse dos rogativas anuales, en mayo y en noviembre, por San Martín. Además, se organizaban grandes peregrinaciones extraordinarias para pedir agua, conjurar plagas o pedir la paz, como en la que se organizó en septiembre de 1938, en plena Guerra Civil.

Casa dedicada a acoger a los peregrinos, justo al lado de la iglesia

Ya en 1647 existe constancia de una cofradía dedicada a la Virgen de la Estrella. Un “Sumario de indulgencias” concedidas por el Papa Inocencio X da a entender que ya llevaba tiempo desarrollando sus actividades como mantenedores del Santuario, promotores de la devoción a la Virgen y administradores de los bienes. En algún momento esa institución dio paso a un Patronato que se encargó de tales funciones hasta que, en 2001, volvió a fundarse la Cofradía con el apoyo de unos 300 socios.

Son estos cofrades los que mantienen, hoy en día, la Romería de la Virgen de la Estrella. Ahora las celebraciones más típicas se mezclan con un programa de actos más amplio, bajo el nombre de “Fiestas de la Caridad”. Actividades deportivas, actuaciones musicales o festejos taurinos involucran a toda la población. Pero la columna vertebral de los festejos sigue siendo la misma que se definió siglos atrás.

Inicio de una antigua romería a la Virgen de la Estrella. Fuente: Cofradía Virgen de la Estrella.

Todo comienza amasando y horneando los bollos que harán más llevadero el camino al Santuario. Es costumbre reunirse, durante la mañana del viernes previo al domingo de la romería, para crear masas con aspecto de grandes rosquillas que se repartirán a la ida y a la venida. El mismo viernes por la tarde o el sábado a mediodía son bendecidos por el párroco, en un acto popular que supone el inicio del periodo festivo.

Los bollos que se comerán durante la rogativa, justo antes de la bendición.

Pero los rituales de la romería propiamente dicha arrancan con las voces de los cantores de la Aurora, el último domingo de mayo a las cinco de la mañana. Después de recorrer las estaciones señaladas en las calles del casco urbano y de rezar el Rosario, tras la misa matutina, se entonan “Los Gozos a la Virgen de la Estrella”. La participación del grupo de cantores es fundamental: sus interpretaciones acompañarán a los romeros durante todo el recorrido.

Los 17 kilómetros que separan Mosqueruela al Santuario de la Virgen de la Estrella se empiezan a recorrer a las dos de la tarde. Se sale de la Iglesia con la Cruz, los estandartes, las imágenes del patrón San Pedro y de la Virgen de la Estrella, el párroco y autoridades, los cantores entonando el “Ave Maris Stella” y los romeros. A partir de ese momento cada paso, cada gesto y cada canto forman parte de un ritual repetido durante siglos.

La romería recorre 17 kilómetros por la pista que conduce al Barrio de la Estrella.

Se producen distintas paradas con sus respectivos cantos. En la Fuente Aparicio, junto a un peirón dedicado a la Virgen, llega el momento de descansar. Se reparte el tradicional rollo y un huevo y se hace uso del agua de la fuente. Con otro canto, siempre precedido de los preceptivos toques de campana, se reinicia el camino. Justo antes de llegar al Santuario, la rogativa procedente de Mosqueruela se encontrará con una procesión que ha salido a recibirlos. Juntos, llegan al templo y rezan la novena.

Una vez en la Virgen de la Estrella, los romeros preparan su cama, ya sea en las casas comunes, en las particulares o en tiendas de campaña. Tras cenar todos juntos las tradicionales judías, y pese a la andada y lo que queda, aún hay ganas de verbena. La romería se revela también, en estos momentos, como una gran fiesta de confraternización.

Los romeros llegando al barrio de la Estrella con el Santuario al fondo. Foto de Diego Mallén.

El segundo día de romería se inicia también con el Rosario de la Aurora. A las doce del mediodía hay misa solemne y, a las cuatro de la tarde, se sale hacia Mosqueruela. Se para en los lugares marcados para cantar lo debido, y se merienda rollo y huevo en la Fuente Aparicio. La llegada al pueblo está prevista al anochecer, cuando una procesión con antorchas espera a los romeros en la ermita de la Virgen de Loreto. El pueblo da entonces la bienvenida a la rogativa con cohetes y fuegos artificiales, en un final muy plástico, digno de una romería que se mantiene con la misma fuerza y los mismos códigos que trazaron siglos atrás los antepasados.

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