LA MAELLANA. LA RAZA OVINA DEL BAJO ARAGON-CASPE

Aragón es una tierra muy rica en ecosistemas, altas y medias montañas, verdes valles, estepas, mesetas, riberas fértiles de ríos de vocación mediterránea y desiertos. Toda esta riqueza de climas y paisajes ha desarrollado una riqueza paralela de gentes y de sus animales, riqueza que en el caso de nuestras razas autóctonas* suponen 19 razas oficialmente catalogadas, o en vías de reconocimiento oficial por el Ministerio de Agricultura, de 7 especies diferentes. La mayoría, con 9 razas, son de ovino; el resto se divide en: 3 razas de ganado vacuno, 2 de cabras, 2 de gallinas, una de pavos, una de caballos y una de perros. De todas formas, si viajamos por Aragón podremos ver muchas otras razas, extranjeras, nacionales o aragonesas que simplemente no han sido reconocidas, que ya desaparecieron o que su reconocimiento, incomprensiblemente, no ha dependido del ministerio mencionado.

Raza Maellana. Macho

Macho

Raza maellana. Hembra

Hembra

            La raza ovina Maellana, llamada así por ser la localidad de Maella en la que tradicionalmente se ubicó el núcleo principal de animales de la raza, cuenta oficialmente con un censo reducido, aunque en expansión, de unos 8.000 reproductores repartidos por 14 ganaderías, situadas 13 de ellas en Aragón, incluidas las comarcas del Matarraña y Bajo Aragón, y una en la provincia de Tarragona. Aunque durante muchos años la Maellana fue considerada como una variedad de la raza Rasa Aragonesa, raza dominante en la Comunidad, sus peculiaridades morfológicas –puestas ya de manifiesto en 194- y genéticas, hicieron que a partir de 1997 se considerada como una raza independiente. Efectivamente, sus extremidades fuertes y largas, su cuerpo largo, poco provisto de lana (durante mucho tiempo se pensó erróneamente que esta peculiaridad era debida a alguna carencia mineral) apenas en animales adultos queda en algunos como una “mancha” en forma de silla de montar, su cuello largo y muy especialmente su cabeza, desprovista de cuernos y de lana, con un perfil ultraconvexo que le da un aspecto de “seriedad”, de una  personalidad única, conforman un animal muy atractivo plásticamente y que sin duda supone una reserva genética que no se debería perder, ya que su incomparable adaptación a una zona que posee un clima continental extremo y un terreno pobre de pastos ralos, estacionales y de baja calidad en los que las vacas, como en muchas otras zonas de Aragón, no tienen lo suficiente para sobrevivir, sus enormes cualidades reproductivas, con una elevada fecundidad, y sus productos de alta calidad, suponen tres razones más que suficientes para que se hagan todos los esfuerzos posibles, algunos muy agradables como es el pedir la carne de sus corderos en los restaurantes y tiendas de la zona, para que siga estando presente en el futuro de los nietos de nuestros nietos.

            Hoy en día ARAMA es la asociación de ganaderos que tiene como objetivo principal la defensa de la raza. A ella en el Bajo Aragón-Caspe nos debemos unir para conservarla. Ya saben: conocer es querer y querer es conservar.

 Carlos Sañudo Astiz
Catedrático de Producción Animal. Universidad de Zaragoza

 

Para conocer más:

Esteban, C. (2003), en Razas Ganaderas Españolas. II. Ovinas. La Maellana. pp.:235-242. Ed.  MAPA. Madrid.

Rey, J. (2009), en Guía de Campo de las Razas Autóctonas Españolas. Maellana. pp.: 309-311. Ed. MAPA. Madrid.

Sierra, I. (2002), en Razas aragonesas de ganado. Maellana. pp.:43-45. Ed. Gobierno de Aragón. Zaragoza.

* Una raza es un conjunto de animales domésticos (las razas no se dan naturalmente, son hechas por el hombre) con identidad “suficiente” para que alguien, desde determinados puestos de la administración, decida que lo es.

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