Hace tiempo que la Fantasmada pasó de ser una cita recomendable a imprescindible en el calendario festivo caspolino. La cita reúne todos los condimentos para ser un éxito: enorme participación, sustos, risas, historietas para no dormir, buen rollo, estupenda organización… y un Casco Antiguo lleno de imbricadas callejuelas que descubrir y por las que transitar aunque sólo sea una vez al año.
Lejos queda ya aquella primera edición de la Fantasmada, en el 2008, cuando los fantasmas del Castillo salían de su mundo de oscuridad para reivindicar una vivienda digna. Se acercaba el Sexto Centenario del Compromiso y los vivos y los muertos compartían su preocupación por el penoso estado del castillo. Las legendarias caspolinas, hechiceras en Zorita, los fantasmas del ramblar e incluso el espíritu atormentado del Gran Maestre Fernández de Heredia, nos hacían llegar sus tormentos y desvelos…
Hoy, por fortuna, ya no hay nada que temer. ¿O sí?
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