El Parque Natural del Moncayo

Como un viejo guardián de las esencias se levanta el Moncayo, coronando el sistema Ibérico y erosionado por el paso del tiempo. El monte es la parte más visible de un ecosistema lleno de hayedos, robledales y pinares de repoblación que albergan una riqueza, sobre todo florística, de gran interés para los expertos y amantes de la naturaleza. El hoy Parque Natural del Moncayo es un entorno protegido desde comienzos del siglo XX y no son pocos los aragoneses que no se han dejado embaucar por la magia del lugar. ¿Eres tú uno de ellos?

El Moncayo, entorno natural y lugar de leyendas. Fuente:http://www.turismodezaragoza.es

Casi 100 años de protección

Este 2017 se cumplen noventa años desde que se declaró el entorno de la Dehesa del Moncayo, perteneciente a Tarazona, como Sitio Natural de Interés Nacional, siguiendo los pasos que marcaba otro de los tesoros naturales de Aragón, El Parque Nacional de Ordesa. A finales de los setenta, pasará a llamarse Parque Natural de la Dehesa del Moncayo y, tras la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, en 1998, se amplía su superficie y se denomina Parque Natural del Moncayo. El espacio de protección se estrenó en 1917 con 1.389 hectáreas, hasta alcanzar las 11.144 actuales.

El entorno natural del Moncayo ha sido modificado por el hombre desde la antigüedad. Fuente:http://www.turismodearagon.com

 

El Parque Natural del Moncayo abarca desde los bosques húmedos de su cara norte hasta los pinares y encinares propios del clima mediterráneo de su cara sur; y se sitúa en 9 términos municipales de la provincia de Zaragoza: Tarazona, San Martín de la Virgen del Moncayo, Lituénigo, Litago, Trasmoz y Añón de Moncayo en la Comarca de Tarazona y El Moncayo, Talamantes en la Comarca del Campo de Borja y Calcena y Purujosa en la Comarca del Aranda.

Alcalá de Moncayo. Fuente:http://www.turismodearagon.com

El Moncayo, el gran protagonista

Mirando con cierto desdén a esos jóvenes Pirineos que se atreven a hacerle sombra, el Moncayo es el techo de la provincia de Zaragoza, montaña de referencia en Aragón y cuna de multitud de leyendas, mitos y secretos. Su situación aislada y su carácter  fronterizo entre el valle del Ebro y la meseta castellana, además de características geológicas y geográficas propias, provocan una diversidad de ambientes  con una cariada fauna y flora.

El ascenso es sencillo en verano, pero peligroso en invierno. Fuente:http://www.montanasegura.com

Los 2.315 metros de altura del pico San Miguel son la cumbre del sistema Ibérico, siendo una barrera natural para el aire húmedo del Cantábrico. Hace 12.000 años, las cumbres estaban cubiertas por hielo y nieve, que en su retirada formaron los circos glaciares de San Miguel, San Gaudioso y Mora. Además, gracias también a la acción del deshielo se formó otro paisaje característico: los canchales, una acumulación desordenada de bloques de piedra en las laderas de fuertes pendientes.

Pico de San Miguel. Fuente: /www.montanasegura.com

Dos vertientes, dos mundos.

En las laderas orientadas al norte, el aire húmedo del Cantábrico provoca los fenómenos de condensación del vapor de agua y precipitación dando lugar frecuentemente a nieblas y lluvias, lo que permite la presencia de zonas de bosques húmedos como hayedos (Fagus sylvatica), y valiosos abedulares (Betula alba), ligados también a la humedad edáfica y a la frecuencia de manantiales y turberas.

Diversidad ecológica del Moncayo. Fuente:http://www.turismodearagon.com

En contraste, la cara sur del Parque Natural presenta un paisaje completamente diferente. Aquí, encontramos una mayor aridez, al existir una mayor insolación y evaporación. La vegetación estará determina también por la geología: en esa parte del Parque Natural los materiales dominantes son calizas, más antiguas y más blandas que las presentes en la cara norte. Así, su disolución ha conformando los barrancos característicos de este sector, como el de la Virgen, Cuartún o Valcongosto en Purujosa, o el de Valdetreviño y Fuendeherrera en Talamantes, o cavidades subterráneas como cuevas, simas, etc. En las cotas más altas, poco sobrevive. Podemos encontrar matorrales y pastizales de montaña, adaptados a estas duras condiciones de viento, frío y nieve.

El otoño, un momento especial para visitar el parque. Fuente: www.turismotarazonayelmoncayo.es

Vegetación y fauna

La altura del monte definirá el tipo de vegetación que encontraremos. En las partes bajas nos rodearán laderas de encinas, que soportan temperaturas más altas y precipitaciones más bajas. Conforme ascendemos, la temperatura desciende mientras que las precipitaciones, en forma de lluvia o nieve, comienzan a ser más abundantes. Así, se favorece la presencia de rebollares y hayedos, donde, en los lugares más húmedos, son acompañados de sauces, serbales y avellanos. El hayedo del Moncayo es uno de los más meridionales de Europa, lo que incrementa su valor ecológico y la importancia de su conservación, y las encontramos entre los 1.100 metros y los 1.650.

El hayedo del Moncayo es uno de los más meridionales de Europa. Fuente:http://www.visitaporelmoncayo.com

En los claros creados por la acción del hombre o por el viento es muy común la proliferación de acebos o matorrales de brezos y arándanos en las zonas más húmedas. Desde mediados del siglo XX, aparecen los pinares de repoblación. La extracción de madera y haya para el carboneo dejó desnudo al monte, por lo que comenzaron actuaciones de mejora y recuperación para evitar la erosión, a través de repoblación de pino silvestre y de pino negro (por encima de los 1600 m).

El Moncayo y su medio natural acogen gran diversidad de especies de animales. Los amantes de los pájaros podrán contemplar aves forestales, como el arrendajo, carboneros y herrerillos, pinzones o petirrojos. Además de azores, chocha perdiz, abejeros europeos o gavilanes. En los bosques tienen su casa ejemplares de jabalís, corzos, zorros o tejones, aunque son difíciles de ver.

Un habitante del parque. Fuente:http://www.rednaturaldearagon.com

Y si hay algo que conocen bien los habitantes de la zona es la riqueza micológica. Los hongos sirven como fuente de alimento para gran variedad de animales pero también son un recurso cada vez más apreciado en la alta gastronomía, y son muchas las actividades, ferias y platos donde la protagonista es la seta del Moncayo.

La setas, un gran atractivo del entorno del Moncayo. Fuente:http://www.turismodearagon.com

El Parque Natural

Los objetivos fundamentales de los Parques Naturales son cuidar el espacio protegido y difundir ese patrimonio entre la ciudadanía. Así el Parque Natural del Moncayo dispone de tres centros de visitantes, en Agramonte, Añón y Calcena y un punto de información no personalizable en Talamantes. Aquí, el visitante podrá conocer los valores naturales y culturales del parque, así como información sobre recorridos a pie y actividades.

Entre los elementos destacados para el visitante, el parque cuenta con una red de senderos que está formada por un total de ocho recorridos a pie y otros cinco en bicicleta de diversa dificultad. También encontramos cuatro refugios no guardados y cinco miradores con mesa interpretativa: El Carreo, Santuario y Talamantes en su cara Norte; Purujosa y San Cristóbal en la cara Sur.

Rincones mágicos del Parque Natural del Moncayo. Fuente:http://www.turismodearagon.com

Cualquier época del año es buena para visitar el Parque Natural del Moncayo, aunque hay que extremar la precaución si queremos hacer cumbre en invierno y contar con la formación y el equipo adecuado. Además, si quieres planificar tu viaje hay un teléfono de contacto, 976 71 48 93, y un correo electrónico espaciosnaturalesz@aragon.es.

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