En pleno corazón de Huesca, compartiendo entrada con la Oficina Municipal de Turismo, se encuentra el Museo Pedagógico de Aragón; uno de nuestros museos más singulares y sorprendentes. Materiales que resultan familiares a cualquiera que haya ido a la escuela como pupitres, mapas, carteras, cuadernos o estuches son aquí los protagonistas. Objetos que tienen mucho que contar y que irremediablemente evocan nuestra nostalgia. Recorrer sus salas supone adentrarse en la historia y la realidad social del concepto de escuela a lo largo del siglo pasado.
¿Por qué un museo dedicado a la educación en Huesca? No podemos entender este museo sin mencionar a Rafael Jiménez Martínez que fue el impulsor del mismo. La despoblación del territorio oscense, especialmente en los años 60 y 70, dejó sin alumnos a cientos de escuelas. En algunos pueblos las escuelas se dedicaron a nuevos usos sociales pero la mayor parte de ellas quedaron abandonadas y fueron expoliadas. Rafael fue consciente de este problema y mientras ejerció director del Centro de Profesores de Huesca en los años 80 puso en marcha una campaña de recogida del material escolar que había quedado olvidado en ellas. Afortunadamente, quedaban muchas escuelas sin expoliar y pudieron recogerse gran cantidad de materiales didácticos y objetos relacionados con el mundo de la escuela. Todos se fueron almacenando en la antigua Residencia de Niños de la Diputación Provincial y dieron lugar a una colección extraordinaria que ha dado origen al actual Museo Pedagógico.
En el Museo apenas se expone una tercera parte de todo el material que compone la colección. Una colección que además no para de crecer gracias a las donaciones de particulares. Muchos oscenses depositan en en él y de forma desinteresada su propio material escolar que con cariño han guardado durante toda la vida.
Lo que podemos ver en él tiene una enorme fuerza sentimental. Todos tenemos nuestra propia experiencia escolar así que es fácil que nos identifiquemos con objetos como pupitres, pizarras o mapas. Visitar este museo supone revivir nuestra época de estudiantes, especialmente en el caso de las personas mayores. Sin embargo, no se trata de un espacio destinado a producir nostalgia. La escuela es un fiel reflejo de la sociedad y de los valores que la caracterizan. Por eso, a través de una cuidada presentación y selección de piezas, la exposición repasa los diferentes modelos de socialización que se reflejan en las aulas y materiales de cada época: Cómo se concebía la infancia, qué metodología se utilizaba, cómo eran los maestros, qué recursos tenían las aulas, qué materiales usaban los alumnos, qué estudiaban alumnos, a qué jugaban, cómo eran los juguetes etc…
Entre los materiales didácticos que podemos ver en el Museo Pedagógico destacan por su belleza los mapas geográficos y las láminas del cuerpo humano. Algunos de un enorme valor como el Mapa Estadístico- Económico y Monumental de España procedente de las antiguas Escuelas Anejas de Huesca. Una pieza excepcional pues es el único que se conserva de los 740 que regaló el círculo de Aragón de Buenos Aires a diferentes partidos judiciales de Aragón en 1943.
En el Museo también encontramos diferentes ejemplos de los útiles y materiales que portaban los alumnos en estas épocas: Carteras de cartón, cuadernos, material de escritura (plumieres, tintas, plumas y secantes) y, por supuesto, las antiguas pizarras de alumno.
El Museo muestra una especial atención a las diferencias de género tanto en los elementos escolares como en las materias. En este sentido podemos encontrar las cestas de labor propias de las niñas en clase de tareas del hogar o juguetes, cuentos y cromos destinados exclusivamente a la formación de los niños y las niñas.
En definitiva, una colección excepcional que además, gracias a la labor del personal del Museo, se ha visto incrementada en estos últimos años con la investigación y recopilación de un importante patrimonio inmaterial en forma de canciones, juegos o actividades relacionadas con la escuela.
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