El Campeonato Mundial de Caspfishing en Caspe, y la D.G.A.

La desafección de los ciudadanos hacia sus políticos suele tener razones. El llamado «pueblo» tiene olfato a la hora de percibir cuando se piensa en él y cuando se aprovechan de él.

Viene de lejos humillarlo, menospreciarlo, engañarlo, utilizarlo. La historia es un continuo en el que siempre ha habido «gente arriba» y «gente abajo». La denominación que utiliza Podemos no es nueva, es, incluso, más antigua que la de izquierdas y derechas, que es una elaboración intelectual posterior.

Hasta un Campeonato Mundial de Pesca acaba sufriendo la prepotencia «de los de arriba». En este caso consideramos «de abajo» no solo a los participantes en él, si no a las federaciones de pesca, ayuntamientos y firmas comerciales o institucionales interesadas que han estado trabajando o apoyando durante más de dos años para conseguirlo. Y consideramos «de arriba» exclusivamente a la D.G.A. con su Consejeria de Deportes y Medio Ambiente, que no mostró interés alguno por el XVII Worl Carpfishing, despreciando incluso el proyecto. Hasta hace dos semanas.

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«Los de arriba» suelen aprovecharse siempre de «los de abajo», y en el ejemplo que estoy utilizando así ha sido: cuando «los de abajo» han conseguido poner en marcha en Caspe el «Carpfishing World Championship», con 22 países participantes y 250 concursantes, y que hayan sido muchas las firmas comerciales que se han implicado como patrocinadoras, llegan «los de arriba», la DGA, y se sube al carro queriendo controlarlo todo, haciendo propuestas alternativas como unas mesas redondas, pero ninguneando a los que llevan mucho tiempo trabajando. Intentan así ponerse medallas a última hora, e ir «al frente de la procesión», que por algo son la autoridad competente que debe autorizar, en última instancia, todo el tinglado. Un tinglado bien montado por otros, incluido el Ayuntamiento de Caspe y la Comarca del Bajo Aragón-Caspe. La D.G.A. se suma cuando ven que no es un concurso de chicha y nabo, sino que moviliza a miles de personas, a todas las federaciones de pesca, y a muchos intereses comerciales de un deporte que ha cobrado auge internacional desde hace unos diez años. Ejemplo palpable de lo que cuento es lo ocurrido con el cartel oficial. Los organizadores se lo habían encargado al dibujante caspolino, Tinaja de amplio currículum. Pero al entrar la D.G.A. en el asunto ha elaborado otro por su cuenta (feo, malo. incompleto y tarde), en el que no ha colocado los logotipos de todos los patrocinadores (como ocurre en el de Alberto Cirac, «Tinaja»), con el consiguiente cabreo de las firmas comerciales ausentes. Así, la DGA en lugar de sumar colaborando, entra -en el último momento- como elefante en cacharrería, y enrarece el buen ambiente existente, aumentando innecesariamente gastos y duplicando la iconografía oficial del Concurso. ¡Y luego dicen que no se les quiere!.

Alejo Lorén Ros

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