Caspolineando (2)

El que más o el que menos ha entrado alguna vez en la iglesia de los Padres Franciscanos y se ha detenido a contemplar los distintos santos que se veneran en los altares de las capillitas laterales. San Cristóbal es, quizá, el más agasajado, dado su larga tradición y su componente festivo. Pero hoy detendremos en Santa Quiteria, ubicada en la capilla que se abre a la izquierda de la puerta principal. Sea porque en Semana Santa queda detrás del imponente paso de La Burreta, o sea porque el resto del año permanece en un cierto claroscuro, no siendo, además, una capilla de paso, lo cierto es que la imagen pasa bastante inadvertida.

Santa Quiteria

Santa Quiteria

Es, como la práctica totalidad de la imaginería del templo, una talla de escayola sin valor artístico alguno -aunque no exenta de expresividad-, realizada en Olot durante los años cuarenta del siglo pasado, esto es, en la inmediata posguerra. Del taller olotense «El arte cristiano» salieron durante esos años decenas de miles de esculturas, realizadas a molde, que trufan toda la geografía peninsular.

Lo curioso de la imagen de San Quiteria que se custodia en Francsicanos es que el pedido, realizado por el célebre fraile José Angel  Ladrón de Guevara, fue más personalizado de lo que era costumbre, hasta el punto de que se permitió quitarle a Santa Quiteria su famosa arpa y sustituirla por un perro.

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Y es que donde esté un fiel can…

Bernardo Salcedo

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