Tuvo que ser una jornada histórica. De esas que quedan inmortalizadas en tinta con aquel lenguaje épico de posguerra: «el Caspe que renace para Dios y para España», «demostración de júbilo sin igual», etc.
Aquel 15 de agosto de 1948, en plenas fiestas patronales, autoridades y población civil «quemaron rueda» para poder llegar a todos los actos programados. Visitaba nuestra ciudad el Gobernador Civil de la Provincia, con el boato reservado a las grandes ocasiones. El Ayuntamiento, presidido entonces por D. José Garrido, eligió esa fecha para llevar a cabo la inauguración de varias obras importantes.
Relamido
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