La reciente exposición conmemorativa del 120 aniversario de la llegada del tren a Caspe ha posibilitado, como era de suponer, la adquisición de más fotografías, documentos y material alusivo. Ya casi tenemos para montar un espacio vivo y permanente -no lo llamaremos Museo ni Centro de Interpretación, que lo gafamos- para disfrute de todos! Ojalá algún día alguien asume la importancia de financiar un proyecto de esa índole.
Hoy os presentamos una linterna. ¡Vaya novedad!, diréis. Pues si, es una novedad en el momento en que nos dicen que su propietario, de apellido Trullén, se servía de ella para trabajar en la construcción del machaca en la mina del Collao. Es decir, en el túnel de los pajaritos. Su nieto, Andrés, se la regaló a un amigo, para que le sobreviviera a él del olvido al que estaba destinada.
Quién le iba a decir al Sr. Trullén, 120 años después, que su linterna iba a ser objeto de miradas curiosas… y que el tren que tanta vida trajo a Caspe hoy languidece.
Ricardo Trevithic

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