Trasmoz tiene un castillo mágico, lugar preferido para sus aquelarres por lo más granado de las brujas aragonesas.
Las primeras noticias de la edificación están fechadas a finales del siglo XII. Fue a partir de entonces y durante la Edad Media una pieza importante en la defensa cristiana del Somontano del Moncayo y de sus dos ciudades más importantes: Tarazona y Borja. En el interior del recinto se mantiene en pie la torre del homenaje y existen restos de los cercados que la rodearían.
En el castillo, que cambió de manos muchas veces, habitaba en 1267 Blasco Pérez, quien decidió amasar fortuna fabricando monedas falsas. Para evitar curiosos corrió el bulo de la existencia de seres fantasmagóricos. Este sería el origen del copioso caudal legendario de la fortaleza, que universalizó Gustavo Adolfo Bécquer al escribir que un nigromante conjuró los esfuerzos de todos los espíritus para levantarla en una sola noche.
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Merlín
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