Sergio Alentorán: «Es más difícil ser cura en España que en Colombia o Kenya».

Lo del órgano ha sido y está siendo una verdadera pasada. Sé que ha habido gente, dentro de la propia Parroquia, que no ha entendido la prioridad del órgano frente a la urgencia de otras actuaciones. ¿Cómo has vivido, desde tu posición, este debate?  

Te confieso que me metí con miedo. El día que vino Miguel (Caballú) a este despacho y me propuso la idea, admito que me asaltaron dudas y así se las manifesté en ese momento. La crisis tan grave que nos azota, la envergadura del proyecto y su montante económico, la dificultad que hemos tenido para sacar adelante iniciativas muchísimo menores en coste, etc. Echamos la vista atrás y vemos todo lo que se ha hecho, las miles de horas dedicadas a perfilar este proyecto, el contrato, cómo lo acercamos a la gente. Pasaron unos meses hasta que salió todo. Hasta que CAI dio la subvención y dijimos: venga, nos tiramos. Pero nos tiramos para nadar, y no para el suicidio. Y lo hemos hecho encontrándonos siempre salvavidas por el camino. Por otra parte, quiero señalar que la Junta ha sido un instrumento excelente. En ningún momento nos hemos juzgado. Hemos trabajado juntos  para sacar adelante.

2009-05-30 23.22.16

Represento a la Parroquia: a los que están a favor y a los que no lo consideraban prioritario en este momento. He intentado respetar todas las decisiones. Y siempre les he dicho: si venís mañana con ánimo de hacer una Junta para hacer el suelo de la parroquia, yo os apoyaré y me sumaré el primeo y seguiré los mismo pasos como hemos hecho: Obispado, DPZ, etc.

Tiene sentido que Caspe recupere su órgano. La Colegiata es un icono de nuestra ciudad, más allá de creencias e ideologías. Nos define como pueblo y hemos de hacer lo posible para dotarla de un gran atractivo como el órgano de tubos, que no sólo acompañaría en las liturgias sino que daría pie a muchos actos culturales que redundarían en la economía del pueblo.

He tenido el privilegio de estar cuando se inauguró la capilla de la Veracruz , de realizar el Museo Parroquial, de atender a los Principes de Asturias, de colaborar en multitud de iniciativas. Todo eso se ha logrado con mucha lucha y es un proyecto que ha movido a mucha gente.

608_364737293619893_615009129_n

¿Cómo sigue el tema de las humedades?

Ahora se han traslado de la sacristía al Altar Mayor. Es impresionante. El otro día, cuando oficiaba un funeral, casi me resbalaba de la humedad que empapa la piedra.  Es obvio que algo está pasando en el subsuelo. En la capilla de la Vera Cruz parece que hay menos humedad, gracias a que se puso solución para canalizar el agua de lluvia.

Cuando subió el arquitecto a la cubierta de la colegiata y vio el patio del Castillo bordeado de “jardín japonés” se lamentó por lo que dijo era “un gran error”.  No transpira y el agua se va filtrando.

Te vas de párroco pero no de caspolino. Vas a seguir vinculado a nuestra ciudad y te esperamos por aquí.

En la medida de mi disponibilidad, vendré cuanto pueda y cualquier iniciativa o evento que haya intentaré hacerme presente. Samuel cuenta con mi colaboración total en cualquier tema.

¿En este mundo tan tecnócrata, crees que hay cabida para la Fe? La Iglesia sigue perdiendo “clientela” a ojos vista.

Hemos de ser breves y concisos en lo que decimos. Ya no es ese sermón largo. Hay que llegar más y no crear ese pensamiento de que la misa es un tostón.  Y ante todo ser muy respetuosos con todas las maneras de pensar.

Una de las recurrentes críticas a la Iglesia es su cúmulo de riquezas, en el Vaticano o en otras ciudadades, mientras millones de personas no tienen para comer. Pero por otra parte, en los pueblos, y en el nuestro más, dais servicio directo a mucha población (también musulmana). ¿Qué trabajo habéis hecho en este sentido?

La labor de Caritas en la parroquia es impresionante. Comenzó ayudando a la gente en alimentación, en ropa, en encontrarles una vivienda y un trabajo dignos, etc. Nunca hemos cerrado Caritas a nadie. Cuando comenzamos a trabajar venían en un 90% musulmanes. Jamás se les ha rechazado por ser de otro credo; la Iglesia habla de la dignidad humana y todos son dignos de recibir esa ayuda. Hay gente, musulmana, que no ha sabido agradecer esa ayuda y nos han mentido; pero también ha habido otros que sí lo han sabido agradecer. Hace muchos años que se les va ayudando, en momentos de apuro. Pero ahora mismo se está dando en Caspe que familias autóctonas estén pasando mucha necesidad y vengan a pedir auxilio (a día de hoy, el 60% de las ayudas que damos van para caspolinos). TODOS siguen un expediente, un procedimiento que permite saber las necesidades reales de en cada caso. No es que se lleven ellos todas las ayudas, sino que hasta hace poco solo ellos estaban en esa situación. Un grupo de 6-7 voluntarios dedican dos días de la semana a ellos, íntegramente. En estos últimos años se han dado miles de euros.

Es importante que entiendan que ellos tb pueden ayudar, del mismo modo que en su día a ellos se les ayudó. Ha habido casos muy gratificantes, de gente a la que se le prestó 100 euros y luego los ha devuelto.

El Papa Francisco está dando una imagen de transparencia y austeridad, que muchos párrocos venimos haciendo cada día. “No elijan príncipes, sino pastores”, ha dicho más de una vez a obispos y cardenales, porque es verdad que muchos de ellos no han dado ese testimonio de pobreza que deberían llevar por bandera.

Por otra parte, la riqueza de la Iglesia es un patrimonio de siglos, forma parte de la historia de la humanidad. Venimos de una historia que no podemos obviar. ¿Qué hacemos, vendemos el Cáliz del Compromiso? ¿Paliaríamos con ello el hambre del mundo? Creo que no es la solución ni la vía adecuada.

Nunca has tenido la vocación de misionero, como otros sacerdotes caspolinos: José Zaporta, Mompell, Zapico, etc?

No lo descarto. Hace medio siglo había muchas vocaciones y hacían falta curas en otros lugares. Ahora no hay vocaciones. Quizá es un pensar egoísta, pero creo que aquí hago más falta. ¿Qué mayor misión que ir de párroco a unos pueblos donde nadie quiere ir?

Los misioneros lo tienen muy difícil, pero reciben mucha más gratificación por parte de la sociedad en la que viven. Tienen un respaldo impresionante y muchísima gente a su disposición. Si tú facilitas un vaso de leche a una persona que lo necesita, o que nunca lo ha probado, está en deuda contigo para toda la vida.

Es más difícil ser cura en España a serlo en Colombia o Kenya. Más peligroso no, evidentemente. Allí tienen dificultades que a lo mejor nunca tenemos nosotros, pero por otra parte el sacerdote se siente enormemente querido y reconfortado en su labor. Basta decir que la mayoría se quedan allí y algunos se consideran incapaces de desarrollar su vida pastoral en otro ambiente que no sea ese.

El tiempo paso volando cuando estás en buena compañía y charlando relajado. Casi hora y media de conversación con Sergio Alentorán me ha servido para conocer un poco más al amigo, al compañero de atril, al caspolino, al colaborador entusiasta en cualquier iniciativa cultural  que se planteara.

Es momento de dejarle trabajar. Quedan pocos días para que abandone la Parroquia de Caspe y quiere dejarlo todo bien cerrado. Es un hombre metódico y riguroso en el cumplimiento de sus obligaciones.

Mientras salimos del  despacho y enfilamos la escalera, mi mente se transporta por un momento a aquella tarde de diciembre de 2010 en la que me despedí de Antonio Flecha con un esperanzado «hasta pronto». La Providencia, el destino o quien fuere, tenía otros plantes para Antonio. Quizá hacía más falta allí arriba. Sergio vino para ayudarnos a asumir el mazazo y continuar una labor entregada, sin horarios, sin rémoras, con entusiasta dedicación a su Parroquia y a su pueblo. Y, aunque su llegada nació de una «tragedia», su estancia ha supuesto una auténtica bendición.

Hasta pronto.

Alfredo Grañena  

Posted in Cultura, Nosotros, Patrimonio

Los comentarios están cerrados.