¿Cuál fue la primera imagen que procesionó por primera vez en la semana santa caspolina? La crónica conventual, una vez más, resulta un documento impagable. En lo relativo a la procesión del Viacrucis, se apunta que procesiona por primera vez el llamado «cristo de los excautivos», que actualmente abre paso al desfile de la cofradía de La Piedad pero que en un primer momento era una cofradía propia, formada por apenas media docena de hombres, que vestían de negro riguroso y cubrían su rostro con el clásico tercerol (sin capirote). A finales de los años 60 dejan de procesionar, ya que la mayoría han fallecido o son muy ancianos, y La Piedad, también fundada por excautivos de la guerra, asume la responsabilidad de incorporar esa imagen a sus desfiles (y se preocupa de mantenerla y restaurarla).
Esto es lo que dice la crónica conventual del 6 de abril de 1941:
Domingo de Ramos. Nuestros terciarios, siguiendo la tradición reanudada el año anterior, practican el Sto Viacrucis recorriendo las calles principales de la ciudad. Abre la marcha la cruz conventual con ciriales; la siguen dos filas interminables de hombres; al final, un crucifijo bastante grande descubierto, llevado por los excautivos de los rojos al igual que los 4 faroles que lo alumbran; le siguen 2 largas filas de excautivos con velas.
El texto no aclara si en la procesión del año 40 procesionó esa imagen. Nosotros creemos que de lo haberlo hecho lo hubiera reflejado en la crónica del año 1940. En cualquier caso, es seguro que dicho cristo fue la primera imagen que procesionó desde Franciscanos.
¿Pero, fue realmente la primera de toda la Semana Santa caspolina? Creíamos que sí. Pero fuentes orales recientemente consultadas nos crean dudas, al sugerir la posibilidad de que ya el año 40, o incluso en el 39 (la guerra acabó el 1 de abril, víspera de Domingo de Ramos), pudiera salir en procesión, desde la Parroquia, el imponente Cristo que en noviembre de 1938, con total certeza documental, había donado a Caspe la Cofradía de la Sangre de Cristo de Zaragoza, y que se custodia en la capilla de San Joaquin y Santa Ana de nuestra colegiata. Que no recoja este hecho la crónica conventual no debe sorprendernos, pues alude siempre y exclusivamente a las procesiones organizadas por la congregación franciscana.
La duda queda en el aire. Si alguien tiene más datos, que no dude en ponerlos sobre la mesa.
Modesto


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