Tras la celebración de la sesión plenaria de ayer, en la que se aprobó por unanimidad, el pabellón central pasa a llamarse Pabellón MANUEL BARRIENDOS GIMENO, en honor del inolvidable presidente del F.S. CASPE, fallecido en julio tras larga enfermedad, y que dedicó tres décadas de su vida a un proyecto ejemplar fuera y dentro de las canchas, resaltando valores tan en desuso como la modestia, la humildad, el tesón, la diplomacia y el altruismo.
Nuestra Asociación no puede ni quiere dejar pasar el momento para aplaudir la iniciativa, gestada en redes sociales y secundada por cientos de caspolinos, y para felicitar a dicho club y sobre todo a la familia de Manuel, a quien esperamos este reconocimiento ayude a sobrellevar algo mejor el gran vacío de su ausencia.
Manuel fue también un activo y activista caspolino. Socio de nuestra asociación desde sus inicios, mecenas del órgano de la Colegiata, cofrade del Santo Entierro, con cuyo paso procesionó mientras la salud se lo permitió, histórico militante del Partido Aragonés, Manuel fue, ante todo, un hombre bueno. Bueno en el sentido más machadiano de la palabra. De esos, como decía el poeta, «laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos, descansan bajo la tierra.
Su legado permanecerá siempre, en la memoria colectiva de los caspolinos y del mundo del fútbol sala aragonés y, desde ayer. en este pabellón que un día convirtió en su segunda casa y lugar de reuniones y de ilusiones compartidas. Porque, muchos ya lo sabíamos, pero ahora nos damos cuenta: el milagro celeste se llamaba Manuel
Enhorabuena, compañero. Descansa.
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