De este modo, escueto y en exceso simplista, podrían definirse las fiestas patronales de 1960, cuando todavía el yugo y las flechas en la fachada del Ayuntamiento perpetuaban un régimen que para entonces muchos ya consideraban eterno.
Esta es la valoración que de las fiestas patronales hacía el diario católico EL NOTICIERO, tal día como hoy.


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