No nos gusta. Qué le vamos a hacer. Llamadnos carcas o cansinos, si os hace gozo.
Alguno dirá, no sin razón, que cada uno en su casa hace lo que quiere. Pero otros pensamos, en cambio, que la libertad no está reñida con el buen gusto ni con la responsabilidad de no convertir las calles en un concurso de a ver qué la lía más parda. O más rosa.

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