Laguna del Cañizar de Villarquemado

Uno de los proyectos más importantes, desde el punto de vista medioambiental, llevados a cabo en nuestra Comunidad ha sido la recuperación de la laguna del Cañizar, situada en los términos municipales turolenses de Villarquemado y Cella. La recuperación de este humedal, cuya desecación se inició en el siglo XVIII, comenzó a principios del nuevo siglo y contó con el apoyo de los ayuntamientos de Cella y Villarquemado y con numerosos voluntarios, instituciones, investigadores y vecinos. Con sus más de 11 kilómetros cuadrados de zona lacustre, aparece como una de las lagunas de agua dulce más grandes de la España interior. En los últimos años, el proyecto ha levantado críticas y provocado movilizaciones en su contra de agricultores, regantes y ganaderos de la comarca del Jiloca, lo que ha frenado la recuperación total del espacio natural.

En febrero del año 2012, el humedal y su recuperación, protagonizó el espacio de TVE, La Aventura del Saber. El vídeo destaca el trabajo realizado y la importancia de la biodiversidad del espacio natural conseguido:

Laguna del Cañizar en La Aventura del Saber. Pincha este enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=P62700NDhzI

 La historia del Cañizar

Como explica uno de los máximos expertos en la laguna, José Carlos Rubio, el origen del humedal se encuentra en  las descargas subterráneas de un gran acuífero denominado “unidad hidrogeológica Cella-Molina de Aragón”. La laguna ha sido drenada sistemáticamente a lo largo de la historia para aprovechar sus recursos hídricos para el regadío y su territorio para el cultivo y el pasto, pero será en la primera mitad el XVIII cuando se ponga en marcha el proyecto que hará desaparecer por completo el paraje. En 1729, el ingeniero italiano Domingo Ferrari, iniciará los trabajos que mantendrán seco el humedal hasta comienzos del siglo XXI. Por un lado, se procedió a la limpieza y profundización de la Acequia Madre y las zanjas o “hilas” excavadas dentro del lecho del humedal con el fin recoger sus aguas. Así, el nivel descendió significativamente, convirtiéndose en una superficie de prados húmedos y el perímetro pasó a dedicarse a tierras de cultivo. Ferrari también será autor del pretil que rodea la fuente de Cella.

 Aunque no era desconocida la existencia de una antigua laguna para los habitantes de la zona, con la llegada del nuevo siglo aparecieron nuevas investigaciones sobre el humedal y comienzan a surgir las primeras voces que avalan el interés por recuperar un viejo recurso natural. El objetivo es recuperar un patrimonio natural perdido y obtener así un nuevo elemento de desarrollo para el territorio. En ese momento, el terreno de la laguna se encontraba cultivado en casi toda su extensión, excepto unas 17 hectáreas ocupadas por vegetación palustre.

Vista de la laguna del Cañizar. Fuente: http://www.allavamos.es

La recuperación del humedal, tres siglos después.

En el año 2004 se presentó en el Servicio Provincial de Medio Ambiente de Teruel un proyecto para la recuperación de la Laguna del Cañizar, basado en la construcción de una mota-zanja perimetral de materiales sueltos, que en su punto más alto llegaba a los dos metros. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) sería la encargada de aprobar y llevar a cabo el proyecto definitivo, cuyos trabajos empezaron en 2007.

La recuperación de la laguna incluyó también trabajos para la puesta en valor del entorno. Así, con excedentes de tierra se creó un montículo donde asentar un observatorio de aves, se construyó un embarcadero en Villarquemado y otro, en 2011, en Cella. En 2008, continuaron los trabajos de restitución de caminos y naturalización de las actuaciones, con la plantación de 2500 ejemplares de especies arbóreas y arbustivas autóctonas en el entorno, a los que se sumaron los cerca de 12000 ejemplares plantados por la sociedad Expoagua 2008 en el contexto de la Expo Zaragoza 2008.

La laguna empezó su llenado en noviembre de 2008, alcanzando, en sus mejores años, las 380 hectáreas inundadas, siendo la superficie máxima de unas 390.  En 2012 se incluyó en el Inventario de Humedales Singulares de Aragón, dentro de la tipología de lagunas de agua dulce estacionales.

Valores medioambientales.

Los humedales incluyen en su hábitat una gran diversidad de ambientes (prados húmedos, juncales, carrizales, sotos) lo que hace que la biodiversidad de este paraje sea muy elevada. En el Carrizal, desde el inicio del llenado, se han observado más de 200 especies diferentes, como grullas o ejemplares como la garceta dimorfa, la garcilla cangrejera o el avetoro. En cuanto a los mamíferos destaca la presencia de garduña, gineta, nutria, rata de agua o visón americano, siendo esta última una especie invasora. Además, se han contabilizado hasta ocho especies de anfibios y peces, como la especie autóctona denominada bermejuela.

La recuperación del humedal, un trabajo sin acabar

Pero pese al acuerdo inicial de los diferentes sectores implicados, en los últimos años agricultores y ganaderos de la comarca del Jiloca se han mostrado contrarios al espacio natural y han dejado claro su desacuerdo con numerosas manifestaciones, movilizaciones y con la creación de una plataforma en contra de la laguna. El interés por declarar la zona ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y la utilización de los recursos hídricos son uno de los puntos más conflictivos.

En las últimas semanas, la Junta General de aguas del río Cella y acequia del Cañizar firmó un acuerdo para la compatibilidad de los usos actuales de la laguna con los del riego. Desde el sector opuesto, los partidarios de la laguna, se aboga por entablar reuniones para establecer una compatibilidad posible entre la finalización del proceso de recuperación y el mantenimiento de la laguna del Cañizar y los usos agrícolas y ganaderos de los habitantes del entorno.

En el año 2015 se creó la Asociación Red de Impulso Rural del Jiloca para el desarrollo sostenible del Jiloca, prevenir el deterioro del patrimonio natural, favorecer el encuentro entre todos los sectores implicados y promover actividades de educación ambiental. El futuro de este espacio natural pasa por encontrar puntos de acuerdo entre los diferentes sectores enfrentados y buscar un proyecto común que ayude al desarrollo del humedal y respete los usos agrícolas y ganaderos del entorno.

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