Crónica de R. Mainar para el periódico “La Derecha”en la que relata la llegada del ferrocarril a caspe el 13 de octubre de 1893
Son las once y once minutos de la mañana, cuando una locomotora que se adivina más que se ve, pues está literalmente cubierta de flores, arrastrando un coche salón y otro de servicio, entra en la estación de Caspe entre el estallido de los petardos, los vivas y aclamaciones y los acordes de la música. El momento es solemne. Todos se mueven y gritan a la vez y saludan entusiasmados a la potente máquina que realiza su sueño de muchos años.
El tren ha llegado a Caspe. Del magnífico salón descienden los señores Planas, Maristany, individuos del Consejo de Administración y alto personal de la Compañía de Tarragona y Barcelona a Francia, constructora del Madrid a Roda, que es el que toca a esta ciudad (sic). Casi todos los viajeros son eminencias financieras de la capital del Principado. Al descender del tren son saludados por las autoridades de ésta, por numerosas comisiones, por el público que aclama sin cesar a los señores Maristany y Planas y al ferrocarril.
Después de las presentaciones de rigor y desde un bonito altar de campaña levantado en el andén, el señor cura párroco de esta ciudad, doctor don Ginés Ginés, bendijo el tren, reinando durante la ceremonia respetuoso silencio y permaneciendo todo el mundo descubierto. Vestía el oficiante una solemne capa pluvial que llamó extraordinariamente la atención por su indiscutible mérito artístico y su antigüe dad. Estaba auxiliado por todo el clero parroquial.
Terminada la ceremonia, los viajeros, comisiones y público en masa penetraron en la población, precedidos de la banda de música, y visitaron las principales calles y monumentos, aunque muy rápida mente.
Vueltos a la estación, penetramos en uno de sus departamentos, donde estaba instalada una gran mesa soberbiamente adornada con verdaderas montañas de flores y ante ella se sentaron los señores L. Ferrer, A. Soligner, D. Taberner, E.Alonso, E. Maristany, E. Planas, M. Carballo, Cura Párroco, L. Planas, Juez de Primera Instancia, J. Prats, J. de Mar tín, P. Graus, A. Madrid Dávila, Juez Municipal, C. Fabra, Alcalde de Caspe, G. Pillón, J. Marcet, Puig, J. Peira, M. Parellada, B. Camprubí, F Cuadrado, V. Güell, N. Estrada, L. Meric, B. Simón, J. Puig, M. Vicente Arpal, L. Sancho, E. Rabaca, J. Ferrer y el autor de estas líneas.
El banquete fue servido por el restaurant de la estación de Francia de Barcelona. A continuación copio el delicado menú que se sirvió:
Menú-Jerez-Riz a la gerols tein-Eutrée-Chateau Laffi te-Filet de Beauf Richelieu-Re levé haut sauterné. Loup de mer a la rosny-Perdreauxpurée gibier-Roti-Cortou Dindonne aux du mans truffés-Entremés Champagne frappé-Bombe glace á la moscovite-surpris Dener assorte (sic).
Al champagne se pronunciaron los siguientes brindis:
El señor Planas (d. Claudia) en breves y elocuentes frases, brindó por la felicidad de Caspe.
El señor Pellón, alcalde de Caspe, felicitó a la compañía constructora por su triunfo y en nombre de la población brindó por el rey, por la reina regente, por el gobierno y especialmente por su presidente señor Sagasta y por el Ministro de Fomento señor Moret, de quien tanto espera Aragón y por la compañía constructora.
El señor Taberner, después de encomiar los esfuerzos que significan los trabajos realiza dos, brindó por la gerencia, por el señor Maristany y por Caspe.
El señor Maristany, después de hacer cumplido elogio del señor Planas, gerente, de sus compañeros, Puig, Ferrer, Rabata, Chuliqué, que dijo haber hecho prodigios, y los señores Taberner, Estrada, Bovio, Lloreda y Meric, que admirablemente le han secundado, de dar las gracias a los señores Alfonso, Martí, Camprubí y Aramburo, pintó con elocue tes frases los beneficios del ferrocarril y terminó brindando por la prosperidad de :la compañía, por su gerente y porque las líneas que construya lleguen pronto al centro de España.
El señor Puig, después de elogiar cumplidamente al se Fíor Maristany, brindó por el Consejo de Administración y personal de la compaiiía y por Caspe.
Terminado el almuerzo y siendo la una y cincuenta y siete de la tarde, casi todos los expedicionarios excepto los se iiores Planas y Maristany que quedaron entre nosotros para salir hoy con dirección a Ma drid, emprendieron el regreso a Barcelona, agradablemente impresionados por el cariñoso recibimiento que esta ciudad les había dispensado.
Por la noche y después de haber visitado las obrás los señores Planas y Maristany asistieron al the con que les obsequió el Círculo Mercantil, Industrial y Agrícola de esta ciudad, cuyos salones se hallaban decorados con escudos y alegorías y atestados literalmente de socios, que no cesaron durante la velada de vitorear entusiasmados al ferrocarril y a Planas y Maristany.
El Presidente del Círculo hizo entrega a dichos señores de los primorosos títulos de socios de honor, encerrados en elegantes estuches, y la banda de música de la población, ejecutó bonitos números durante el acto.
La Rondalla caspolina ejecutó bajo los balcones del casino la clásica jota, cantándose multitud de canciones alusivas, que satisficieron a los señores Planas y Maristany, que las oían con visibles muestras de agrado.
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