Antonio Albesa: “El Ajedrez es intriga, acoso, emoción, silencio y caballerosidad»

El 5 de octubre de 1966 en los salones de la cafetería Nevada de Caspe se firmó el acta de constitución del Club de Ajedrez Ciudad del Compromiso. Fue un grupo de amigos aficionados al citado juego, con mucho entusiasmo y escaso  conocimiento de la ciencia ajedrecística, los que sembraron la semilla que germinó y se desarrolló  vertiginosamente hasta transformar lo que se inició como un juego de entretenimiento para la juventud en un deporte de competición en el que se pone a prueba la inteligencia y la estrategia para crear agresivas combinaciones ganadoras con un “ejército” de 16 trebejos blancos enfrentados a otros tantos negros. En poco tiempo se alcanzaron resultados exitosos más que aceptables, tanto por el número de participantes como por el dominio del juego.

De aquel grupo de amigos, algunos ya no están y otros, pocos, sí. Entre los supervivientes uno de los que más hicieron y se implicó en el proyecto, sin duda, es Antonio Albesa Centol. Antonio ha sido una de esas personas que participaba en todo tipo de actividades sociales, como la de  animador de la juventud; deportivas (fútbol, ciclismo o ajedrez); religiosas (cofrade del Santo Entierro, de la Vera Cruz, de San Indalecio, entre otras); periodísticas (corresponsal del periódico El Noticiero y la Agencia Logos). Un personaje con mucho fuste, hecho a si mismo partiendo de una realidad de posguerra que le mostró su peor cara, al arrebatar la vida a su padre cuando él apenas contaba diez meses, motivo por el que  su familia quedó sin medios para subsistir y padeciendo severas carencias, incluida el hambre. 

En su casa y en animada charla, hemos recuperado el relato de aquellos acontecimientos que calaron y cuajaron en la población, de tal modo que, hoy, Ajedrez y Caspe van íntimamente unidos hasta tal punto de que grandes maestros como Lasker, Capablanca, Alekhine, Karpov, Kasparov, Spasky, Fischer y tantos otros como el zaragozano Rey Ardid o el mallorquín Arturo Pomar, son conocidos y estudiados por muchos de nuestros jugadores locales de ajedrez, ese difícil juego que probablemente tiene su origen en el chaturanga y que se extendió por todo el mundo a través de  la ruta de la seda.

Puntualmente llego a su casa. Tomamos asiento en cómodos sillones de la sala de estar, y Paquita, su inseparable esposa, nos ofrece una bandeja con pastas caseras y una copa de suave licor, mientras charlamos animadamente de diversos temas de actualidad, entrando a continuación en materia y comenzando por donde hay que empezar: el principio.

ooooOOOooo

¿Cuándo tomó cuerpo y comenzó a jugarse al ajedrez en Caspe?

En el nº del día 14/5/66, El Noticiero informaba de que en Caspe se estaba celebrando el I Campeonato Local de Ajedrez, patrocinado por la célebre Cafetería Nevada. Obviamente hacía algún tiempo que la idea ya rondaba por la cabeza de unos cuantos amigos que fuimos los ideólogos, organizadores y también participantes en el concurso. Las parejas inscritas fueron bastantes y la afluencia de curiosos también.

Torneo local de ajedrez, en la cafetería Nevada (Archivo AGG)

¿Fue este tu primer contacto con el ajedrez?

No. Ya hacía algún tiempo que entre los amigos jugábamos algunas partidas, tan rudimentarias que hoy me causarían rubor. Éramos unos auténticos principiantes. De hecho, en el año 1961 y sucesivos, en Caspe ya había afición al ajedrez y jugábamos en la cafetería Nevada, ni que decir tiene que a nivel de aprendices.

¿Cuándo y cómo empezó a interesarte esta modalidad deportiva?

Lo que te cuento lo guardo en los cajones de mi memoria. A mí me enseñó a jugar Jordán Galicia, en mi barrio, la Muela. Ahí fue donde me aficioné e interesé por el ajedrez. Recuerdo que una de las primeras cosas que aprendí fue a dar mate con torre y rey.

El 28 de febrero de 1967, el citado periódico informaba de que se estaba desarrollando el 2º campeonato organizado por el Club de Ajedrez Ciudad del Compromiso. ¿Cómo conseguisteis, en tan sólo nueve meses, pasar de un grupo de aficionados a ser un club federado?

Pues resultó que la afición iba en aumento. A nivel aficionado se organizaron bastantes trofeos, el dominio y calidad del juego mejoraba, la prensa comenzó a publicar problemas de ajedrez que intentábamos resolver y, en fin, el caldo de cultivo ya estaba presente. De ahí y del entusiasmo de unos pocos, surgió la necesidad de crear el club y federarse para comenzar en serio. Para conseguirlo, todos los obstáculos se salvaron fácilmente.

¿Cuántos tirábais del carro a la hora de resolver problemas?

Pascual y Agapito Fortuño, Pedro Bonet, Vicente Sierra, Luis Ruiz, José Baquer, Antonio Lasheras, Luis Gavín y yo, que era el secretario.

Pero supongo que tendríais que solventar dificultades burocráticas y económicas para dar el salto

Pues en realidad no tantas. Cuando se quiere algo, se insiste hasta conseguirlo. En lo económico, recibimos la ayuda del Ayuntamiento de Caspe. Éramos un grupo bien cohesionado y dispuestos a todo.

¿Qué nivel teníais en ese momento?

Pues la verdad es que había diversos grados: algunos, bajos o muy bajos, otros aceptables y unos pocos francamente buenos. Entre los que destacaron podemos citar a los hermanos Pascual y Agapito Fortuño, Pepito Baquer, Bonet, José María Royo y algún otro, que solían ganar casi siempre. Formábamos un grupo de unos 25 jugadores de los que algunos ya sabíamos lo que era un «gambito de Evans», una «defensa siciliana» o una «defensa india» y también aprendimos la importancia de sacrificar una pieza como celada para alcanzar la victoria.

¿Qué recuerdos guardas de aquella movida?

Pues me acuerdo de la ilusión que nos hizo recibir en Caspe al primer equipo federado: el Centro Soriano de Zaragoza, y al equipo de los ciegos con su presidente D. Primitivo a la cabeza. A partir de entonces ya fue un desfile de buenos equipos. También recuerdo aquellos torneos en los que participábamos 10 o 12 equipos en Zaragoza.

¿Dónde teníais el local social?

En una sala de la cafetería Nevada. Su propietario, José García, colaboró  desinteresadamente aportando el local, fichas y tableros de ajedrez, servicios y trofeos. En reconocimiento a todo ello se le nombró  socio nº 1.

¿Qué  categoría alcanzasteis como club ajedrecista?

Conforme iba pasando el tiempo, se iba mejorando en el juego. Se conseguían buenas clasificaciones en muchos torneos, lo cual hizo posible que el club ascendiera de 3ª a 2ª. Recordemos que en el año 1968 Pascual Fortuño fue declarado mejor ajedrecista de Aragón. Nuestro club se había consolidado, era tenido en cuenta como serio adversario y quedaba asegurado su asentamiento en Caspe.

Háblanos de Pascual Fortuño, sus hermanos y dotes ajedrecistas

De los Fortuño, Pascual, Agapito y Joaquín lo que más destacaba era la capacidad adquirida a través del conocimiento de las técnicas ajedrecistas. En pocos años, manejaban con mucha soltura las aperturas y defensas desarrolladas por los grandes maestros. Contra ellos, nos percatamos de que un simple error cometido significaba perder.

Pascual Fortuño y Antonio Albesa se estrechan la mano durante una entrega de trofeos.

Hablemos de las partidas de ajedrez viviente.

En las fiestas patronales del año 1968 se jugó la primera partida de ajedrez viviente organizada por el Club de Ajedrez de la Ciudad del Compromiso. Fue una iniciativa de unos cuantos miembros del club, entre cuyos defensores estaban los hermanos Fortuño y yo mismo. Fue un éxito rotundo, con la plaza a rebosar y la visita de figuras del ajedrez como la del campeón provincial Sr. Tejero, que siguió el juego desde el balcón del Ayuntamiento.

¿En qué se diferencia una partida viviente de una para competir?

En todo. Nada tiene que ver la una con la otra. Se puede decir que la viviente no es otra cosa que la representación teatral de una partida jugada de antemano, en la que lo que prima es el espectáculo, la vestimenta, las piezas de ajedrez representadas por personas. Una partida de competición es todo lo contrario; intriga, acoso, emoción, silencio, concentración al máximo, seriedad, caballerosidad y, sobretodo, saber ganar y saber perder.

¿Qué tamaño tenía el tablero?

Pues no recuerdo exactamente, pero era de aproximadamente 8×8 metros. Precisamente por el exagerado tamaño del tablero, la mejor perspectiva se daba desde el balcón del Ayuntamiento. A la multitud que rodeaba la plaza le era imposible dominar el conjunto del juego.

17 de agosto de 1968. Primera partida de ajedrez viviente en Caspe. (Col. Marga Moreno)

¿Qué referencias teníais para organizar un acontecimiento así?

Ninguna. No teníamos ni idea y por eso nos desplazamos a la Federación Aragonesa en Zaragoza, donde estaban aun más verdes que nosotros. Alguien nos dijo que en Elgoibar, de la federación guipuzcoana, sabían bastante del asunto, así que allá nos fuimos. Nos dieron todo tipo de información y nos trataron muy bien. Presenciamos la partida viviente celebrada allí.

Año 1988. Torneo de Ajedrez en Caspe.

¿Se hizo labor docente en los colegios?

Sí, ciertamente. Nos concertamos con el APA y los profesores para ir al Colegio Compromiso un día por semana a enseñar a los alumnos esta práctica deportiva. Fueron bastantes los alumnos interesados que, con el tiempo, terminarían siendo  jugadores, tales como: Vicente Sierra (hijo), José Borruey, hermanos García, los hermanos Gargallo y su primo David, mis propios hijos y otros que no consigo recordar su nombre. En el Colegio Compromiso, bajo la dirección de D. Francisco Figueira, durante cuatro años se organizaron torneos muy participativos. Tal fue el éxito de la iniciativa que dos equipos de estos alumnos participaron en un torneo celebrado en Zaragoza, patrocinado por El Corte Inglés.

oooooOOOO

Esta es la resumida historia de un acontecimiento que marcó un hito en nuestra ciudad y cuyos protagonistas son merecedores de nuestro respeto y consideración. Algunos, como Pascual y Agapito Fortuño, Luis Ruiz, José Baquer y Antonio Lasheras, ya fallecieron. Otros, como Bonet, Albesa, Sierra y Gavín todavía siguen con nosotros. A todos ellos, los que están y los que se fueron, MUCHAS GRACIAS por su labor.

AEM/AGG   Abril de 2018 

Posted in Colaboraciones, Cultura, Gustosa recomendación, La Imagen del día, Patrimonio, Sin categoría

Los comentarios están cerrados.