Los juegos de bolos en Aragón

Nadie dudaría en encontrar muestras de nuestro Patrimonio por ejemplo en los fondos de un museo, pero a veces se nos olvida que existe toda una serie de prácticas transmitidas de generación en generación que también nos permiten conocer nuestro origen y así crear una identidad común: el Patrimonio inmaterial. Los juegos tradicionales son un buen ejemplo de ello y Aragón es una de las Comunidades Autónomas donde más juegos tradicionales se han contabilizado, llegando a encontrar alrededor de 100 juegos diferentes, muchos de ellos sin materiales. Un apartado especial merecen los juegos de bolos por ser una parcela especialmente rica en nuestra tierra.

El Palistroc de Azanuy es un juego de bolos tradicionalmente practicado por hombres que está compuesto por seis palistroques y dos tiraderas de forma cilíndrica. Fuente :http://www.juegostradicionales.es

Aunque los cambios en la formas de vida  y el ocio estén produciendo que cada vez sean más desconocidos y poco practicados,  en Aragón contamos con unas 17 o 18 modalidades de juegos de bolos. Los bolos no sólo se diferencian por la forma, el tamaño o el material, sino que el juego en sí presenta numerosos matices en sus reglas dependiendo del pueblo donde se practiquen. Tal es la variedad, que no suelen organizarse competiciones de bolos, porque cada municipio quiere jugar con sus reglas y su material.

Al hablar de bolos, debemos hablar de dos grandes grupos: bolos de mujeres y de hombres. En la actualidad no lo debemos ver como una discriminación, sino como fruto de los factores sociales y culturales que rodean al juego. Para eso es esencial adentrarse en su historia y localizarlos en su contexto.

Estos dos grandes grupos, aunque con sus respectivas variantes locales, tienen sus propias peculiaridades. Así, los juegos de bolos de mujeres suelen estar formados por nueve bolos – a excepción de la localidad turolense de Fuentes Claras donde encontramos diez – mientras que en el de los de los hombres generalmente son de seis. En ambos casos es habitual encontrar en Aragón lanzaderas o mazas para tirar los bolos, siendo las bolas lo más común en el resto de España. En los juegos de hombres todos los bolos del juego suelen ser iguales pero en algunos casos de las mujeres encontramos diferentes figuras que se diferencian en tamaño, denominación y a veces en puntuación. En algunos juegos, a las figuras más importantes se les denomina con nombres como el rey o el cura. Como el juego no estaba muy visto por los poderes, uno tiende a pensar que estas denominaciones eran una muestra de respeto del pueblo hacia la jerarquía pero lo cierto es que si se analiza en profundidad es inevitable pensar también en una válvula de escape y sino piensen en otro momento donde se pueda  “derribar al rey” o “pegar al cura” sin represalias. Juzguen ustedes mismos.

Mujeres jugando a los Bolos de Fuentes Claras en la plaza de esta localidad turolense La figura central, mucho más alta que el resto se le denomina “Rey”. Fuente :www.juegostradicionales.es

En el caso de bolos de hombres, encontramos un juego con partidas muy breves. La principal razón es que se trata de juegos unidos a la apuesta y la rapidez era esencial para que el dinero se moviera. No debemos olvidar, que en épocas pasadas eran ellos los que poseían el dinero y por lo tanto quienes tenían la posibilidad de jugárselo. Por eso, los denominados “juegos de seis” se suelen practicar con un número ilimitado de jugadores pero de manera individual. Además, sus reglas son muy sencillas consistiendo en todos ellos en derribar, cinco de los seis bolos, dejando uno de pie. Las diferencias entre los distintos juegos las encontramos en la forma de los bolos, el número de mazas que nos permitirá dos o tres intentos para conseguir la ansiada jugada y las distintas costumbres locales que rodean al juego. Así por ejemplo en el caso del Palistroc de Azanuy (Huesca) , a la jugada de conseguir dejar un solo palistroque de pie se le denomina “hacer cara”, y si derriba todos los bolos se dice que “ha hecho culo”y en Monreal del Campo (Teruel)  en caso de empate retroceden un metro la línea de tiro para dificultar el tiro de los bolinches .El diferente desarrollo de la partidas también tiene rasgos que nos ayudan a conocer la manera de vivir de la época:

Los Bolinches de Monreal del Campo son un juego tradicionalmente practicado por hombres, aunque en la actualidad se practica indistintamente por hombres o mujeres en las diferentes exhibiciones de juegos tradicionales. Fuente :http://www.juegostradicionales.es

En juego de las mujeres encontramos justo lo contario. Las vecinas de una misma calle o barrio se juntaban para jugar por parejas largas partidas dónde lo único que se jugaban era el tiempo. El día a día de las mujeres estaba cargado de numerosas labores: la casa, el cuidado de los niños o la atención de los animales entre otros. Era prácticamente imposible encontrarlas sin hacer nada hasta tal punto que en numerosas ocasiones la relación y charla con las vecinas, estaba unido a algún quehacer como ir a coger agua a la fuente o lavar en el lavadero. Los momentos de ocio eran escasos y ellas no tenían un lugar propio del ocio como la taberna. Se sustituía por el carasol o la calle donde compartían risas y charlas alrededor de una labor o de alguna partida de bolos en días muy puntuales y generalmente si el marido no estaba en casa. De aquí que casi todos ellos tengan como objetivo hacer una gran cantidad de puntos en una o varias fases encontrando en la manera de conseguirlo las características locales.

Probando a “casar” los bolos de Used en una de las numerosas actividades de difusión de estos juegos. Fuente :http://www.juegostradicionales.es

Una de las jugadas más conocidas, por su gran peculiaridad es la acción de “casar” de los bolos de Used (Zaragoza). Consiste en coger la maza tras la primera fase de lanzamiento en el punto donde ha caído y en una posición concreta , sin mover los pies del suelo, ayudarse de la maza y de su antebrazo, para acercarse los bolos más próximos con la intención de lanzarlos hacia aquellos que están más alejados y así derribar el máximo de bolos posible.

Como cualquier juego tradicional, los bolos además de divertir y entretener son una herramienta etnográfica de primer orden y por ello es necesario que las nuevas generaciones los practiquen y conozcan evitando así que esta riqueza en forma de juego se pierda.

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