El turolense Mariano Nipho, primer periodista de España

Informarse diariamente sobre lo acontecido en el mundo o en nuestro ámbito más cercano a través la lectura, ya sea en formato de papel o, ahora, en formato digital, nos parece algo completamente normal. Pero la actualidad no siempre gozó de difusión masiva y publicidad inmediata y regular. La prensa diaria supuso un gran avance que no se produjo hasta mediados del siglo XVIII. El impulsor fue un historiador, ensayista y dramaturgo reconocido como uno de los mejores periodistas españoles de todos los tiempos. Se llamaba Mariano Nipho y Cagigal, ha sido considerado el creador del periodismo moderno y es uno de los grandes personajes de la historia aragonesa.

Alcañiz (Teruel) es el lugar de nacimiento de Mariano Nipho

Nació en Alcañiz (Teruel) en 1719. Al parecer, su familia provenía de Nápoles y se cree que el padre tuvo cargos de carácter político. Aunque da la sensación de que el nacimiento se produjo en la capital bajoaragonesa por casualidad, ya que muy pronto se trasladaron a Madrid, Francisco Mariano Nipho nunca olvidó su origen. Hombre sencillo, cordial y emprendedor, atribuía su férrea voluntad (hay quien lo llamaría cabezonería) a su condición de aragonés:

“Yo soy aragonés y lo que una vez emprendo con ánimo de continuarlo (que no me falten los medios) lo seguiré contra todo el torrente de los preocupados, contra toda la chusma de los tontos, contra todo el orgullo de los presumidos”.

La frase enunciada por Nipho transmite la filosofía de vida de una persona que editó decenas de periódicos y libros en busca del objetivo ilustrado de expandir conocimientos. Quería renovar la vida económica, cultural y religiosa de una España que no acababa de superar las características propias de la sociedad feudal.

Parte de las ideas de Nipho coincidían con los ideales ilustrados del XVIII. (“Kant y sus compañeros de Mesa”. Doersting 1892)

Eso sí, los deseos renovadores de Francisco Mariano Nipho nada tenían con la ruptura del sistema político o las tradiciones seculares de la época que le había tocado vivir. Más bien combinó sus ideales divulgadores para dotar de mayor conciencia crítica y riqueza intelectual a la población con la defensa a ultranza de la vida tradicional y cristiana. Creía que era necesario culturizar al conjunto de la sociedad y desarrollar la ciencia pero, al mismo tiempo, criticaba la descristianización y desmoralización de la sociedad desde la defensa de la tradición espiritual.

Para Nipho, el periodismo era “un oficio penoso y poco lucrativo” sobre el que pesaba una gran responsabilidad social. Afirmaba que la verdadera tarea del periodismo es “educar y moralizar” sin renunciar a mantener altos estándares de creación artística. Creía que, como el libro quedaba lejos del alcance del gran público, los trabajos periodísticos serían el puente de la cultura con los ciudadanos.

Con el desarrollo de la imprenta se multiplicó la publicación de libros y periódicos.

Frente una vida afectiva y familiar desdichada, el alcañizano se dedicó casi por entero al estudio y la escritura. Es el autor de dramas, comedias, versos o ensayos. Casi un centenar de obras entre las que hay algunas inéditas. Alguna vez se lamentó de que, para él, “no había más alivio que el trabajo, ni otra consolación que el escribir y más escribir”.

La principal producción literaria de Mariano Nipho se debió al propósito de comunicar. Fue fundador y editor de más de veinte publicaciones periódicas como El Bufón de la Corte, El Correo de Madrid, El Correo General de España, La Estafeta de Londres, El Filósofo Aprisionado o El Pensador Christiano. Buscaban ser, de una u otra manera, divulgativas. En El Caxón de Sastre, por ejemplo, Nipho reflexionaba sobre un tema costumbrista ilustrado con un relato o poema de famosos autores literarios. De otro estilo es Guía de Litigantes, una suerte de manual para comprender el ordenamiento jurídico.

Cabecera de una de las publicaciones periódicas de Nipho.

Diario Estrangero o Diario de los literatos de España también fueron creaciones del alcañizano. Pese a lo que puede interpretarse por su nombre, se publicaban semanalmente. De hecho, los periódicos llevaban en su cabecera la palabra “diario” porque informaban de los acontecimientos ocurridos en el período entre impresiones de forma cronológica, día tras día. La inquietud y el espíritu emprendedor de Nipho le condujeron a redefinir el término e idear una nueva forma de ejercer el periodismo.

En 1758 aparece el Diario Noticioso, Curioso-Erudito y Comercial Público y Económico. Y en este caso, por primera vez en la historia del periodismo español, sí se publica todos los días. Nipho explica así el nuevo proyecto:

“Muchos sujetos me dijeron diera los avisos, que se determinan para el Diario de ocho a ocho días, o cuando más dos veces a la semana; pero no me he podido acomodar con esta idea por una muy fuerte razón, y es que muchas veces hay en esta corte una persona que […] está un día en la Corte y no toda la semana; con que para éste, si no sucede venir o estar en Madrid el mismo día de publicarse el Diario, los avisos que por él se comuniquen serán tardos o no oportunos. […] con que saliendo todos los días de trabajo útiles el Diario a todos sirven sus avisos”.

El Diario Noticioso fue el primer periódico diario de España.

 El Diario Noticioso se convirtió inmediatamente en un éxito y supone el gran legado del periodista aragonés. Al contrario de las anteriores experiencias periodísticas, su Diario no solo se dedicó a difundir los consabidos avisos, los horarios de las diligencias, los anuncios de compra y venta o la cotización de los productos en los mercados. También incluyó artículos de opinión, editoriales de espíritu crítico, crónicas de acontecimientos y sucesos, críticas de espectáculos o de libros y discursos morales y políticos. En palabras de Darío Vidal, otro periodista alcañizano, “concibió tan certeramente el periódico diario que, salvo las aportaciones de la reciente e innovadora tecnología, no ha experimentado ya modificación sustancial hasta nuestros días”.

Panóramica de Madrid sobre 1750, cuando apareció el Diario Noticioso. (Obra de Antonio Joli)

Con el Diario Noticioso llegaron también la publicidad, la suscripción y los voceros callejeros. Incluso surgió el concepto de corresponsal internacional mediante el uso de palomas mensajeras que volaban todos los días de las capitales europeas a Madrid. Nipho buscó la creación de una profesión independiente que generara beneficios a través del interés masivo y el valor de la inmediatez. Así llegó a conseguir hasta 1.000 suscriptores. Y aunque con distintas cabeceras, el Diario sobrevivió hasta 1918, más de un siglo después de la muerte de su creador.

Mariano Nipho dijo que el periodismo debía de contener tres notas fundamentales: “variedad, exactitud y celeridad”. Son los fundamentos que marcan, aún hoy, la forma de hacer y transmitir las noticias. Amante de la profesión e innovador nato, el que nunca dejó de considerarse aragonés comenzó una revolución que acercaría la información y la cultura a toda la sociedad.

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