Irene Villa: «La vida me ha sonreído. Y cuando no… ¡yo le he sonreído a ella!»

Asumimos este reto aún sabiendo que va a ser difícil, sino imposible, hacerte una pregunta original, que no te hayan realizado en estos últimos 25 años. Apelamos a tu generosidad y a tu paciencia, de entrada, para aceptar las preguntas obligadas y las que un ligero análisis del mundo actual nos sugiere.

En primer lugar, mi más sincera felicitación por tu reciente maternidad. Es tu tercer hijo. Permíteme preguntarte, con los agobios de un padre primerizo, ¿cómo lo haces? ¡A mi no me da la vida!

La verdad es que tengo mucha suerte por la logística en la que vimos. Tengo a mi madre justo encima de nosotros y además una chica que me ayuda en todo, especialmente con los pequeños. Además tengo un marido completamente volcado tanto en el cuidado como en la educación de nuestros tres hijos.  Así todo es mucho más llevadero. irene-villa
 
Confieso que soy de esas personas que creen que no hay poder más grande en esta vida que saber perdonar. El Perdón tiene un efecto curativo incuestionable. “El odio solo hace daño a quien lo siente”, has dicho en alguna ocasión. Y es muy cierto. Pero es que no es lo mismo perdonar un insulto, una traición, un engaño, que perdonar que te cercenen las dos piernas, que te roben la infancia, que te pongan al filo de la muerte, que mutilen a tu madre… ¿De verdad nunca has tenido un sentimiento de odio a quienes os hicieron semejante salvajada?

Afortunadamente no dejé entrar a ninguno de esos sentimientos negativos, que sé que son la verdadera condena. Es verdad que mucha gente puede pensar que lo que nos hicieron es difícil perdonar, pero creo que quizás es mucho más difícil perdonar una traición, porque es más doloroso que alguien en quien confías te haga daño, a que te lo haga alguien que ni conoces. Definitivamente todo depende de cómo vemos las cosas. Pero lo principal es sentirse bien con uno mismo y eso a veces sólo se consigue perdonando.

Aún a riesgo de ponerme en modo Paulo Coelho, ¿no crees que el atentado era una especie de prueba del destino que tenías que afrontar para convertirte, desde mi punto de vista, en una especie de gurú de muchas personas que, leyéndote, escuchándote, han encontrado un camino hacia la paz interior, el Amor y la superación ante la adversidad? 

Desde luego que también lo he pensado así. De hecho, mi madre siempre me ha dicho que tenía que pasarme algo así para poder contagiar a todo el mundo el entusiasmo y la alegría que siempre me han caracterizado. De no ser por aquel atentado que dio la vuelta al mundo, quizá mi voz jamás se habría escuchado, ya que, sinceramente, no tengo especiales talentos más allá una filosofía de vida positiva y una constancia que ha hecho que consiga todo lo que me propuse, porque es la virtud que hace que las demás virtudes den frutos.

Dicho de otro modo, y a sabiendas de lo gratuito y arriesgado que es hacer juicios a posteriori, crees que si ese 17 de octubre de 1991 te hubieras quedado en casa, con fiebre (pongamos), ¿habrías logrado ser la mujer que hoy eres?, ¿te habrías sacado las carreras de Psicología y Periodismo, serías madre de familia numerosa, habrías escrito varios libros e impartido decenas de conferencia y seminarios? Seguro que tu padre, naturalmente, hubiera preferido que estuvieras entera, aunque fueras peluquera en tu barrio. Yo, permíteme la licencia, creo que tu drama hizo posible esa transformación, el desarrollo de esas capacidades que hoy atesoras, aunque hayas pagado un peaje tan alto.  

Seguramente no habría conseguido ni la mitad de cosas de las que hago. Mi padre siempre me dice: si no ibas antes, que tenías piernas, ¿por qué lo haces ahora?. Pues creo que precisamente por ello, por todas las personas que me han dicho «tú no puedes», es por lo que he conseguido tantas cosas. Y las carreras seguro que tampoco las habría hecho, porque habría tenido que trabajar desde muy joven, como bien dice mi padre, de peluquera o lo que fuese para ayudar en casa.

Es curioso lo del Destino. Lo has recordado más de una vez a lo largo de estos años. Si aquella mañana del 17 de octubre, ETA no hubiera puesto una bomba en el coche del comandante Francisco Caballar, en tu barrio, muy cerca de tu casa, la historia de tu vida se habría acabado ese día, porque las ambulancias no habrían llegado a tiempo de reanimarte. Si los médicos hubieran cedido al inicial anhelo, por otra parte entendible, de tu padre, que prefería verte muerta que infeliz y privada de tu dignidad, hoy no estarías aquí, ni habrías tenido tres hijos, ni ayudado a tanta gente. No me negarás que dentro de la fatalidad hay un punto de Milagro.

Pues fíjate que cada día me acuerdo de esos cinco niños pequeños que se quedaron huérfanos el mismo día que yo salvé la vida por esa ambulancia que no pudo hacer nada por la de Francisco Carballar. Desde luego que siempre hay un punto de esperanza en todo lo malo, lo triste es que Francisco no tuviese la misma suerte que tuvimos nosotras.

Frente a ETA has mantenido siempre un mensaje muy claro. No negociar JAMÁS, porque eso sería poco menos que darles la razón y pasar por encima de las mil víctimas mortales que ha causado. Fuiste muy dura cuando el Gobierno inició un diálogo con la banda. “Escuchar que no había vencedores ni vencidos fue más doloroso que el atentado”, dijiste en julio de 2008, cuando a tu madre y a ti os premió la Fundación Miguel Ángel Blanco. Ahora que podemos decir que la organización terrorista ha sido policialmente derrotada, ¿qué valoración haces de todos estos años de lucha antiterrorista por parte de los distintos gobiernos? ¿Crees que se podía haber llegado mucho antes a este punto y haberse evitado muertes?

Ojala se hubiese conseguido hace muchísimos años. Hubo muchas negociaciones que no llegaron a nada, sólo a más atentados, más crueles y sangrientos. Por ello yo siempre me negué a negociar con asesinos que no estaban dispuestos a ceder nada.

Te oí decir una vez que todos merecemos una segunda oportunidad. Es una opinión piadosa –por lo que has sufrido- y valiente –por la carga de incorrección política que asumes. No todo el mundo puede, quiere o sabe perdonar. En cualquier caso, sí es cierto que a lo largo de estos últimos años hemos asistido al testimonio de etarras arrepentidos de sus crímenes e incluso denunciando todo ese manido discurso de pueblo oprimido versus Estado invasor. En su día fue noticia la entrevista que Jordi Évole le hizo al etarra Iñaki Rekarte, dura, contundente, pero bastante ilustrativa de que algo estaba cambiando en el seno de la organización. ¿Qué opinión te merece? 

Jordi Évole entrevistando a Iñaki Rekalde

Jordi Évole entrevistando a Iñaki Rekalde

Me encantó. Y estoy segura de que son muchísimos más terroristas que piensan de esa forma. Eran jóvenes a los que les inculcaban un odio extremo y luego les daban una pistola para acabar en la cárcel o en la tumba a cambio de nada, lejos de su familia y de sus amigos. Era una trampa que les rompía la vida, a ellos los primeros, pero también a todas esas viudas y huérfanos que han dejado por toda España.

No hace mucho que ha salido de la cárcel Arnaldo Otegui, histórico dirigente de HB, a quien no se le puede acusar de pertenecer a ETA, pero que todavía no ha condenado los crímenes de la organización. Eso sí, en una reciente entrevista concedida al propio Évole admitía que la izquierda abertzale había hecho un profundo ejercicio de reflexión, dejando a entender que dejaba atrás definitivamente la lucha armada. Por ello, Pablo Iglesias se ha referido a él como “un hombre paz”, y en la Generalitat, las CUP le han puesto alfombra roja. A mi es un hombre que me resulta un tanto indescifrable, esquivo, incluso un poco siniestro. ¿Qué valoración haces de sus palabras y hasta qué punto le das credibilidad?      

Siempre me ha parecido uno más de todas esas personas envenenadas de odio, por lo tanto no me interesa lo que diga y mucho menos su vida.

Últimamente han intentado, tirios y troyanos, “usarte” políticamente, o al menos algunos tertulianos hooligans, con motivo de los desafortunados tuits que Guillermo Zapata hizo hace unos años, con chistes macabros sobre tu suerte, la de las niñas de Alcáçer, etc. Permíteme felicitarte por el modo impecable en que has afrontado ese tema, poniendo un poco de cordura y no alimentando a las hienas que a ambos lados de la trinchera huelen la sangre. Desde tu condición de periodista, ¿no percibes la prensa española excesivamente polarizada?

¡¡Completamente polarizada!! Y es a causa de la política, y esas dos Españas tan aparentemente difíciles de superar. He vivido, como bien dices, esta utilización; pero no solo ahora, sino siempre, por ello trato de desligarme por completo de la política, y pese a que me han ofrecido diferentes partidos un buen cargo, siempre rehúso de ello.

Nos hemos librado de la lacra del  terrorismo, pero han aparecido otras muchas: la corrupción política a gran escala, un aumento brutal de los índices de pobreza en nuestro país, así como, a mi juicio, un alarmante grado de crispación política. Hemos estado casi un año sin gobierno. Y ahora arranca una nueva legislatura que no sabemos realmente cuánto puede durar. Tenemos un PP infectado de casos de corrupción, un PSOE roto y a la deriva, una IU abducida por un nuevo partido, PODEMOS, que desde mi punto de vista ha quemado demasiado pronto sus naves, por no hablar de su indefinición ideológica (ayer marxistas, hoy socialdemócratas, mañana… ¿quién sabe?). Si a ello le sumamos el desafío soberanista en Cataluña, que supone un verdadero pulso al Estado y que no tiene visos de amainar, ¿cómo ves el panorama político español en la actualidad?   

Lo veo exactamente cómo acabas de resumirlo, aunque con un poco más de esperanza, fundada en el entendimiento de todos los partidos, ya que España ha decidido una dirección plural. Ojala que encuentren puntos en común y ya que tenemos la suerte de vivir en uno de los países con mayor calidad de vida, lo sea también a nivel político. ¿Utopía? Espero que algún día se consiga.

Nunca fue muy gratificante ver el Telediario, pero es que últimamente da pavor: Siria, Isis, el eterno conflicto de oriente medio, los graves atentados de París, Bruselas, Niza, Berlín, etc. ¿De verdad que Nunca es demasiado tarde, princesa

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Por supuesto. Ojalá nunca sea demasiado tarde para que el mundo se reconcilie y podamos vivir al menos en paz.

Leyéndote, escuchándote, viéndote, tengo la sensación de que la vida, al cabo, te ha sonreído ¿No crees?

Claro que me ha sonreído. Y cuando no ha sido así, ¡he sido yo quien se ha encargado de sonreír a la vida! Porque si tú sonríes, la vida te sonríe!!

Nos despedimos agradeciéndote enormemente el tiempo que nos has dedicado y mostrándote nuestro cariño por tu valor, por tu apuesta por la Vida y por ser ejemplo de tantas cosas buenas. Y, desde luego, te invitamos a conocer nuestra ciudad, Caspe -donde hace muchos años que se trabaja muy bien en materia de ayuda al discapacitado- y cómo no, a “perderte” por las aguas de nuestro Mar de Aragón, practicando cualquier deporte náutico. Sabemos que te gustan los desafíos.

¡¡Muchísimas gracias y eso está hecho!!

Un fuerte abrazo desde la Ciudad del Compromiso

Modesto

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