Crónica de una victoria anunciada

Y por fin llegó el día de subir (o bajar) a Zaragoza, la única ciudad de España que se pronuncia acentuando las cuatro sílabas, para realizar una actividad enormemente importante: la presentación de nuestro tedero de Cauvaca y la reivindicación de nuestro viejo Guadalope. Y lo hicimos en un lugar fantástico, el Centro Joaquín Roncal, en el corazón capitalino, a cuyo espléndido equipo de profesionales damos las gracias más cariñosas por su impresionante trato y mimo hacia nosotros.

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Aspecto del salón, recién iniciado el acto (Foto: Mª Carmen Abadía)

Abrió el acto Alfredo Grañena, que en ausencia de Modesto, autor del tedero, defendió la necesidad de dicha publicación por «la necesidad de recuperar del olvido el testimonio de muchos cauvaqueros que sacrificaron todo a cambio de casi nada». En su breve intervención, recordó a tres de los entrevistados -Pilar Ezquerra, Emilio Fontoba y Felipe Liria-, ya fallecidos, y destacó el trauma que supone que tu «patria», el lugar donde has crecido, has jugado, has aprendido a leer, quede sepultado bajo el agua. «¿Cómo se cuantifica eso?», se preguntaba, ante la presencia de algunos vecinos de Cauvaca, realmente emocionados.

Cogió el testigo Miguel Caballú, que en su condición de erudito local realizó una magnífica exposición de la historia del Guadalope, desde el origen etimológico del término hasta su presencia en textos y composiciones de caspolinos, como Mariano Uriol, en el siglo XIX o Luis Nozal en el XX. De su texto íntegro disfrutaremos muy pronto en esta web.

En tercer lugar, nuestro vicepresidente, Antonio Espinosa, realizó una pequeña cronología del problema del Guadalope, generado tras la construcción del Dique de contención, para salvar la parte baja de la población, y a su vez realizar una desembocadura artificial, casi siete kilómetros río arriba, convirtiendo ese tramo, «especialmente desde el puente del tren hasta el dique, en una cloaca infecta y una indignidad absolutamente insoportable».

Nuestro lema, bien presente en la sala  (Foto: Tina Piazuelo)

Nuestro lema, bien presente en la sala (Foto: Tina Piazuelo)

Cerró el acto, y como plato fuerte, Julián Conejo de la Torre, uno de los técnicos redactores del proyecto de restauración paisajística del Guadalope, encargado por el Ministerio de Fomento en 2009, dentro de un plan denominado Estrategia Nacional de Restauración de Ríos, y que, tras concluirse y presentarse en 2012, duerme el sueño de los olvidados, a la espera de financiación. Este proyecto resolvería el grave problema que actualmente se plantea en la zona y, a la vez, lograría, mediante un cuidadoso trabajo de reforestación, devolver «el aspecto de río a una zona que actualmente está muy degrada morfológicamente». Julián Conejo explicó de modo preciso y alejado de tecnicismos cómo se pretende devolver un caudal mínimo de agua al antiguo cauce. Las obras durarían 40 meses y se intentaría aprovechar los periodos en que el pantano está más bajo. «Se trata de dotar de una vida a esos 7 kilómetros, con cientos de álamos (601), varios miles de plantas autóctonas, la construcción de senderos y puentes para pasear y cruzar el río, etc.» Igualmente, destacó que el proyecto contempla la recreación de un pequeño galacho en el paraje conocido como «entrepuentes». El punto de captación sería en el mismo cauce del Guadalope y el bombeo se realizaría en horario nocturno, siendo a coste ínfimo. Por último, destacó el compromiso asumido en su día de «no hacer expropiaciones» a los pequeños parcelistas lindantes al antiguo cauce.

 Lo cierto es que resultó realmente emocionante para todos. Como también lo fue la entrega al Ayuntamiento de las 3500 firmas que hasta la fecha hemos recogido en defensa de la recuperación del Guadalope a su paso por Caspe. El alcalde, Jesús Senante, y la diputada provincial, firmaron el acta de entrega y se comprometieron a seguir trabajando para desbloquear cuanto antes esta situación.

Entrega de las 3500 firmas al Ayuntamiento  (Foto: Leticia Piazuelo)

Entrega de las 3500 firmas al Ayuntamiento (Foto: Leticia Piazuelo)

Como improvisado colofón, José «el finojo», uno de aquellos niños que hace más de 50 años tuvo que ver cómo dinamitaban su casa, se arrancó con una improvisada que resume de modo claro cuál es el estado del río y cuál nuestra determinación.

EL GUADALOPE ES UN RÍO

Y NO UN PARAJE INFERNAL

CUANDO VUELVA A CORRER AGUA

EL AGUA LO ARREGLARÁ

Por último, os recordamos que hasta el 26 de febrero (incluido) se puede visitar en la planta 3 de dicho centro, sito en la calle San Braulio, la exposición fotográfica «Cauvaca y el Guadalope. Un paraíso sumergido y una cloaca emergida». Allí podéis firmar también en apoyo de UN GUADALOPE VIVO. ¡Seamos marea!

Asociación de Amigo del Castillo

 

 

 

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