Villancicos aragoneses

“Noche de paz”, “Hacia Belén va una burra” o “Campana sobre campana”. Son algunos de los villancicos que más se escuchan en Navidad. El primero es de origen austriaco y los otros dos, andaluces. Son de carácter popular, como la mayoría de las composiciones tradicionales. Otras muchas piezas que cantamos o tarareamos por Navidad están en la banda sonora de películas norteamericanas que nos han influido durante décadas. Lamentablemente, entre los más entonados en Aragón hay pocos villancicos autóctonos. Pero los hay. La mayoría son centenarios y forman parte de nuestra rica herencia cultural. Hace años que grupos musicales e instituciones los intentan poner en valor.

Los villancicos no siempre fueron sinónimo de Navidad. Su nombre se refiere a las villas y a sus habitantes, los villanos. Porque eran ellos, en los siglos XV y XVI, los que solían inventar cantas profanas armonizadas a varias voces para amenizar las fiestas populares recordando los acontecimientos ocurridos. Se trata, generalmente, de sátiras y burlas que no estaban emotional support animal registration especialmente relacionadas con ninguna época del año. La música de estas composiciones suele ser sencilla, adaptada al texto y para distintas voces.

foto-1-musica-medieval

 

Aprovechando el poder difusor de la iglesia, estos villancicos comienzan a gozar de un amplio favor popular. De hecho, constituyen la mayor parte de la producción musical española en el siglo XVII. A las composiciones más tradicionales se unen otras más sofisticadas, realizadas por músicos reclutados por la curia con fin evangelizador. A lo largo del siglo XVIII el género va evolucionando, principalmente por la influencia de las cantatas italianas que refuerzan los estribillos recitados. Al final, el villancico que hoy reconocemos como una canción propia de la Navidad está compuesto casi siempre por estrofas melódicas cantables y un estribillo rítmico muy sencillo, contrastado, pegadizo y simple.

foto-2-partitura-villancicos

Quien quiere estudiar la tradición musical aragonesa debe referirse a los tres principales cancioneros de esta tierra. Son los escritos por Miguel Arnaudas (Colección de cantos populares de la provincia de Teruel, 1927), Ángel Mingote (Cancionero musical de la provincia de Zaragoza, 1950) y Juan José de Mur Bernard (Cancionero popular de la provincia de Huesca, 1986). Entre estas obras y otras menos amplias elaboradas a raíz de la tradición oral, se han recogido sobre un centenar de cantos navideños relacionados con Aragón. Se trata de una colección de estilos muy variados, en la que aparecen desde canciones de evidente antigüedad a temas con influencias más recientes.

foto-3-cancionero_mingote_p

Por supuesto los temas más habituales son anecdóticos, referidos al momento que se celebra. Se canta de nieve y de frío, del portal de Belén, de la estrella y los pastores, de los ángeles o de los peces del río. Como si quisieran describir el paisaje y los usos que, se supone, rodearon a Jesús en su nacimiento. La letra es simple y tópica, buscando la emoción y la ternura propia de las fechas.

foto-4-belen-aragones-casa-de-aragon-en-navarra

Hoy sabemos de estas canciones locales por las investigaciones de Centros de Estudios o grupos musicales. Las interpretaciones que han realizado las formaciones folclóricas aragoneses en estas últimas décadas las han puesto en valor y han modernizado sus matices instrumentales. Lo normal es que los villancicos se acompañaran con panderetas, zambombas, triángulos, botellas o cualquier objeto que hiciera ruido. En la actualidad, la percusión habitual se completa con otros instrumentos.

foto-5-aguinaldo-huesca_osfaticos

En los cancioneros populares se clasifican como villancicos otras composiciones de carácter más vetusto o relacionadas con otros estilos musicales que guardan la sonoridad de antaño. Es el caso de el romance “L’infantó no vol callar”, que cuenta un milagro de la Virgen, o “En la puerta de la iglesia”, un canto proveniente de la localidad turolense de Toril cercano a las albadas o el rito del despertar mediante la ronda. También se transcribieron, en el cancionero zaragozano de Mingote, unas “Seguidillas a la Virgen” desde un manuscrito en poder de la monjas dominicas de Daroca. Según el musicólogo Miguel Manzano, imitan el canto popular tradicional y las fórmulas rítmicas elementales con un texto culto, para gloria del niño Jesús.

foto-6-la_navidad_en_aragon_disco

Fuentes:

  • Análisis del libro-disco “La navidad en Aragón” de Miguel Manzano.
  • Página web “Arafolk” de Alberto Turón

identidadaragonesa

Posted in Colaboraciones, Cultura, Gustosa recomendación, Patrimonio, Sin categoría

Los comentarios están cerrados.