Costumbres perdidas

Hace unos 58 años, allá por la años cincuenta por estas fechas, subía a casa de mi abuela María en la calle Lafuen. Ella tenía fuego bajo y siempre había un par de ollas de barro, una sobre los estruedes y otra mas pequeña apretada a la brasa, con agua, preparadas para los guisos. En estas fechas, en el hogar había dos grandes troncos de olivera que duraban varios días y que se iban empujando hacia el centro del hogar conforme se iban quemando. Recuerdo la cocina era bastante oscura, pero lo suficiente para ver, por la noche una luz de 25 o pocos mas watios colocada bajo un portalámparas que era como una especie de plato de porcelana verde por encima y blanco por debajo que concentraba toda la luz hacia abajo. La luz era amarillenta y pobre, dos bancas colocadas a derecha e izquierda del hogar, para descansar y pasar las horas calientes contemplando el fuego y en las sobremesa charrando de las cosas cotidianas y alcahueterías del pueblo.

tronca

En los respaldos, del centro bajaba una balda que hacia las veces de mesa, algún que otro cuenco de sopas escullás con un canto de pan tostado como cuchara me comí sobre ellas. Volviendo al tema, aquellos troncos tenían su secreto. Recuerdo que subía desde la cuesta San Miguel a la calle Lafuen a ver a mi abuela y ella arrepretaba el fuego y los troncos; yo cogía el badil y golpea cada día un tronco y por la punta que estaba en el fuego empezaban a salir espurnas que se perdían dentro de la ancha chimenea. Contra más fuerte le pegabas más espurnas salían, y cuando menos lo esperabas, o mejor dicho, cuando mi abuela ya se había divertido bastante…. mientras mirabas si salían suficientes espurnas, llegaba la fantasía, la ilusión de la inocencia. Por la parte que estaba fuera del hogar, digamos, claro, por el culo, aparecía alguna galleta, monedas de papel de oro o plata rellenas de chocolate y alguna vez algún caramelo. Era la magia de la Navidad. Mi compañero Carlos Juan me recuerda que «la tronca de Navidad nace de ese modo de mantener el fuego encendido. Se metía en el fuego en nochebuena y tenía que aguantar hasta Reyes. Sacaba lamines de adentro y si se conseguía mantener el fuego vivo, expulsaban a los malos seres de la casa».

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En algunos pueblos de la comarca lo han recuperado, pero en Caspe ya se perdió. No se si habrá alguien que se acuerde o que la haya mantenido en su familia.

Feliz Navidad!!!!!

Fco. Javier Oliver Cirac

La tronca de Navidad nace de ese modo de mantener el fuego encendido.Se metía en el fuego en nochebuena y tenía que aguantar hasta reyes en Navidad se llamaba a la trnca que sacaba lamines de adentro y si se conseguía mantener el fuego vivo, expulsaban a los malos seres de la casa.

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