Sobresaliente cum laude le damos a esta actuación en la fachada más bonita y señorial de la calle San Vicente Ferrer. Se ha relavado y lucido la piedra y se ha pintado toda la fachada con exquisito gusto. Especialmente relevante el modo en que han sorteado el sempiterno problema del cableado.
El resultado, como puede observarse, es absolutamente espectacular. Uno se pone frente a esta casa, contempla su imponente escudo en la clave del arco y fantasea con épocas pasadas: «¿Qué rico linaje la fundó?» «Qué asuntos se dirimieron en esas cuatro paredes»…
Pues ahi va un dato de erudición que nos chiva nuestro amigo y colaborador Alberto Serrano Dolader:
En esta casa vivió Cándido Días de Arcaya
Alavés de nacimiento, se afincó en Caspe a finales del XIX. Participó activamente en el movimiento regeneracionista del Bajo Aragón, vinculándose al espíritu de la Asamblea Regionalista de Alcañiz (1897) a través de Santiago Contel Marqués.
En 1902 fue director del semanario El Compromiso, presidente de la Cámara Agraria y alcalde de Caspe. Alentó campañas de construcción de obras públicas (pantano de Santolea), de creación de centros docentes (institutos), así como de apoyo a las clases rurales y medias (logró rebajar para Caspe el impuesto de consumos).
Sobre 1910 se afincó en Zaragoza, donde dirigió un instituto.
Y precisamente el tío de Alberto, el recordado D. Félix Serrano, nos cuenta lo siguiente respecto a este edificio:
Es una casa grandísima, con un patio muy grande. Pero durante la guerra quedó desocupada. Solo vivíamos nosotros (1º) y en la calle todos los manitas (Dolores Albiac Bret, la suegra de Florencio Repollés). Alfredo, Manolo, José, Bienvenido y Julia. En esa casa metían a decenas de militares. A nosotros nos venía muy bien, porque hacíamos trueque con ellos. Siempre nos pedían café.
Modesto
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