Psicopatología caspolina (III): AULES

Es ésta una de tantas palabras hermosas que podemos encontrar en la nosografía caspolina. Tal vez emparentada con la expresión bable «aulecer» (adolecer), refiere a la idea básica de no ser completo. En ese sentido puédese aplicar a los aules aquello de que les falta el riego de la granazón, sin que ésta sea una característica exclusiva para este grupo.

Es raro encontrar aules capaces de terminar algún tipo de enseñanza, básica o profesional, si bien el nivel de adolescencia es variable y no en todos los sujetos podemos apreciar idéntico grado de deterioro. Por lo general se corresponden con los llamados «border-line» intelectuales, por lo que son capaces de desempeñar diferentes oficios manuales de poca cualificación y complicaciones.

"¡No seas aule!", solía repetir Papa Pitufo a sus pupilos

Tiene el aule una mirada afín al luriano o lurio, si bien no adquiere los aires soberbiosos y suficientes de aquéllos, es torva y desviada y su punto de fuga es, prácticamente, imposible de localizar, ahi donde pareciera que el horizonte del luriano se halla más allá de cualquier otro, para el aule nos resulta imposible ubicar en qué lugar tienen su encuentro cielos y tierra. Será, por lo tanto, en su relación al deseo, un sujeto yerto. Psicoanalíticamente diríamos que el aule adolece de falta en tanto no parece faltarle nada, no busca nada, de nada se entera, etc.

Desde la perspectiva anterior no sorprende la aplicación de este epíteto tanto a los sujetos de limitados recursos intelectuales, oligofrénico, como a los casos de psicosis, particularmente algunas esquizofrenias, caracterizadas por la desaparición del deseo. Podríamos reflexionar acerca de la sabiduría popular que reconoce, más allá de los estudios científicos o eruditos, la naturaleza del problema que nos ocupa. Así, y con un enfoque empírico-fenomenológico, diagnosticaremos de aules a aquellos sujetos para los que el deseo no obra. También se dice de ellos que están «a la media para las once», sin que haya conseguido por ahora descifrar el motivo de esta expresión.

Arturo Alcaine Camón

 

Posted in Artículos opinión, Colaboraciones, Cultura

Los comentarios están cerrados.