Estamos en el término municipal de Caspe, casi lindando con el de Peñalba.
En rojo, la nueva pista forestal; en verde, acceso abierto en Val de Aloras
Mapa de la zona
Más o menos, la cosa fue así. «Teníamos que hacer una faja auxiliar en el pinar que sube por Val de Aloras hasta la punta del Morterón. y dejar un arbolado claro. La bulldozer abrió camino y en poco tiempo hizo una pista transitable donde antes era monte», nos cuenta Sergio Calavera, miembro del retén antiincendios de Caspe. «Había que bautizar al nuevo barranco, así que esos días íbamos pensando posibles nombres que le fueran bien. Al final, el propio forestal propuso llamarlo Barranco de las Adormideras, ya que la zona abundan esas plantas. Nos gustó y así se quedó. El forestal se motivó tanto que labró el nombre en el anverso de una gran losa de piedra», concluye.
Inscripción del barranco de las adormideras
La cosa puede sonar a broma, pero no lo es. La historia de nuestros pueblos, ciudades, países, se escribe con letra pequeña para quien quiera leerla. Todo tiene un por qué, aunque sea instrascendente, y casi nada se deja al azar. El «invento», que tuvo lugar en septiembre de 2012, ya sale en los mapas y, desde hoy, queda escrito y documentado para quienes, dentro de muchas generaciones, se pregunten quiénes fueron los milorchos que tuvieron la feliz idea de poner ese nombre a un barranco. Eso si no nos cargamos antes el planeta. Camino llevamos.
Els Garruls
(Faja auxiliar: Se trata de áreas cortafuegos en forma de fajas de unos 5 metros aproximadamente de ancho a los lados de las pistas, caminos o carreteras forestales).
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