El Monasterio de Piedra: un paseo inolvidable

El Parque Natural del Monasterio de Piedra es uno de los espacios más destacados de la provincia de Zaragoza por su paisaje natural, modelado por el agua del río Piedra, y por ser uno de los lugares más visitados de Aragón. Pese a su fama a nivel nacional, no son pocos los que se sorprenden de encontrar, escondido en el Sistema Ibérico, este remanso de paz.

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La historia del lugar tiene dos fechas clave. La primera tiene que ver con el monasterio propiamente dicho y es que a finales del siglo XII llegaron a la zona una comunidad de monjes venidos de Poblet, estableciéndose en una fortificación musulmana, obteniendo así la orden del Cister amplios territorios. La Real Abadía Cisterciense de Nuestra Señora de Piedra se construyó entre el 1195 y el 1218 en el estilo común a los monasterios del Cister: gótico Cisterciense, una arquitectura austera y sobria, buscando la utilidad, la sencillez y la luz. Aquí vivieron los monjes casi 700 años, hasta la desamortización de Mendizabal en 1835.

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Más de 150 años después sigue sorprendiendo al visitante. El río piedra se convierte en el guía y en el artista que modela sobre la roca formas hermosas, caprichosas y muy atractivas que provocarán que más de uno gaste la tarjeta de memoria de las cámaras.

 Como vemos, el parque tiene dos espacios muy bien delimitados, pero complementarios: el espacio cultural del monasterio y el parque natural. Dependiendo del momento en que lleguemos y la época del año empezaremos por una opción u otra. Las visitas al monasterio son guiadas, con varios horarios a lo largo del día. El recorrido por el paraje natural tiene una duración de unas dos horas y media y está indicado para toda la familia. El parque cuenta con zonas adaptadas para personas con movilidad reducida pero, por la propia naturaleza del mismo, no con todo el recorrido.

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 Numerosos senderos perfectamente señalizados recorren el lugar, sumando unos cinco kilómetros. A través de ellos, nos perderemos entre pequeñas corrientes de agua vinculadas al río Piedra.  En el recorrido nos esperan innumerables rincones con encanto donde poder parar a descansar, aunque lo  que más llama la atención del visitante son sus cascadas. La caída del agua nos acompañará durante el paseo y nos permitirá disfrutar con saltos grandes y pequeños; suaves y delicados como Los Fresnos; o salvajes y vertiginoso como el que podemos disfrutar en la Cola de Caballo, la gran estrella del parque: una cascada de unos cincuenta metros, en la que nos adentraremos disfrutando de una gran espectáculo natural que maravillará a los más pequeños.

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Estas cascadas están formadas por la disolución de las calizas y su posterior precipitación al disminuir el caudal. Así, la caliza disuelta va depositándose en capas sucesivas creando elementos de gran belleza y formando innumerables saltos como la cascada Iris o Caprichosa.

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 Los nuevos habitantes del parque.

En los últimos años, la visita se ha enriquecido con la Exhibición de aves rapaces cuyo fin es enseñar a todos los visitantes algo más sobre estos bellos animales a través de las explicaciones de un cetrero y verlas en acción en acción. Se trata de algo muy llamativo para los niños que se acercan de una manera fácil al conocimiento de halcones, buitres, búhos o águilas. Esta actividad se puede disfrutar hasta el 14 de octubre en tres pases diarios.

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Pero el lugar tiene más historias que contarnos. Por ejemplo, la del chocolate. Al parecer, el primer chocolate de Europa fue cocinado entre los muros del viejo monasterio. En 1534, un monje del Cister que acompañó a Hernán Cortés a México, Fray Jerónimo de Aguilar, envió el primer cacao, junto con la receta del chocolate, al abad del Monasterio de Piedra, D. Antonio de Álvaro. Así, fueron los monjes los primeros en probar este nuevo producto que pronto se extendería por toda la orden y por todo el continente y que todavía hoy sigue haciendo las delicias de grandes y pequeños.

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El Monasterio de Piedra es el parque natural privado más importante de España, por su historia y en número de visitas. La entrada cuesta entre 11 y 15 y está abierto todo el año. Como siempre, conviene comprobar horarios en su web:

http://www.monasteriopiedra.com.

El visitante se encontrará un caprichoso vergel en la provincia de Zaragoza modelado por las aguas del río Piedra. Estamos seguros de que será un paseo inolvidable.

Fuente: http://identidadaragonesa.wordpress.com/

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