De Andalucía a Aragón… pasando por Alemania

Atesoro un pasado que poca gente sabe. Un pasado que, como todos, va más allá de los años, de las décadas e incluso de los siglos, pero que como pocos, está dotado de un carácter exótico y en buena medida original. Un pasado que permanece en mí pero que augura un trágico futuro. belen

Les hablo de mi apellido. Un apellido que guarda cuatro siglos y cuyo origen se encuentra más allá de las fronteras de nuestro país.

Nos encontramos en el año 1767 y Carlos III es rey de España; en ese momento se fraguaría lo que ahora conocemos como las “Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena”.

En esta época no existía el actual paso de Despeñaperros -abierto en el siglo XVIII-, utilizándose hasta ese momento los Puertos del Muradal y del Rey para comunicar Andalucía con Castilla y La Mancha. Desde el siglo XVIII, la decadencia y abandono del resto de caminos convirtió a Despeñaperros en el símbolo de las diferencias que separaban Andalucía del resto de España.

Esta zona estaba despoblada y constituía toda una guarida de bandidos; se trataba de un lugar peligrosamente intransitable, por lo que se estudiaron varios proyectos de repoblación para asegurar el tránsito. Así pues, el rey Carlos III[1] y sus ministros ilustrados -Aranda, Campomanes y Jovellanos entre otros-, plantearon un nuevo proyecto: traer más de 6.000 colonos del Centro de Europa; principalmente alemanes y flamencos católicos. El proyecto fue totalmente financiado por el Estado y se fundaron así nuevos asentamientos: La CarolinaLa Carlota y La Luisiana, en las actuales provincias de JaénCórdoba y Sevilla.

El colaborador el rey, Pablo de Olavide, sería nombrado responsable del proyecto, con el título de Superintendente de las Nuevas Poblaciones[2]. La Carolina, creada cerca de La Peñuela, sería la capital.

El complejo proyecto socioeconómico de las Nuevas Poblaciones fue entendido como la materialización de una nueva sociedad en la que convergían agricultura, ganadería, industria y comercio y en donde, además, se ofrecía a las gentes unos servicios públicos como escuelas y hospitales que se encaminaban a dignificar la vida de los colonos.

El objetivo de esta colonización era sencillo: en primer lugar, se pretendía garantizar la seguridad en la carretera general de Despeñaperros para facilitar tanto el tránsito de personas como el de mercancías. Por otra parte, se buscaba poblar estas zonas deshabilitadas del territorio andaluz con el fin de propiciar un mejor reparto demográfico que potenciara el desarrollo económico en zonas yermas mediante el trabajo en el campo y la creación de industrias.[3]

En febrero de 1767 se acepta el citado plan y el 5 de julio de ese mismo año se aprueba el Fuero de las Nuevas Poblaciones; eran normas y leyes que debían regir a los nuevos pobladores pero que eran distintas de las del resto del país.

Una de estas normas era que no permitían entrar en estas nuevas poblaciones los que para los ilustrados de la época eran los mayores males de España: aristocracia y conventos –queriendo evitar así el latifundismo-. Otro precepto fue la decisión de que estos colonos alemanes debían ser mitad agricultores, mitad artesanos, católicos y sus hijos acudirían a escuelas de primeras letras, pero sin posibilidad de hacer carrera universitaria.[4]

Según el fuero, a cada colono se le entregaban cincuenta fanegas de tierra (32.5 hectáreas), así como derecho a una parte del regadío para huerta. Recibían además en los collados y laderas “algún plantío de árboles y viñas, y les quedará, libre en los valles y montes espacio para aprovechar sus pastos con sus vacas, ovejas, cabras y puercos, y lo mismo la leña para los usos necesarios”. Por otra parte, le eran entregados a cada familia “dos vacas, cinco ovejas, cinco cabras, cinco gallinas y una puerca de parir”.

Cuando nacieron estas colonias, la población en Sierra Morena era de 18 habitantes por kilómetro cuadrado. La colonización no acabó con el bandidaje pero sí dio seguridad al tránsito.[5]

El complejo proyecto de Las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía no es fruto de una sola mente que idea, es la conjunción de distintos aspectos que se complementan. El responsable político sería Campomanes, la parte técnica correspondió a Carlos Lemour, ingeniero militar y fue la personalidad de Pablo de Olavide la que sintetizó y llevó a la práctica las ideas sociopolíticas de Campomanes y la concepción de ordenamiento territorial de Lemour. El proyecto se lleva a la práctica entre 1767 y 1768 en amplias zonas despobladas del sur de España.

Se distinguen dos momentos:

  • En el primero, se inicia la colonización en Sierra Morena con las llamadas Nuevas Poblaciones, estableciendo su capital en La Carolina con un total de 22 núcleos de población.
  • En segundo lugar, se colonizan otras zonas más occidentales de Andalucía por donde pasaba el Camino Real, estableciendo la capital en La Carlota.

 mapa

Actualmente, los descendientes de los colonos viven sobre todo en las poblaciones de La Carlota, La Luisiana, Cañada Rosal, La Carolina y otras cercanas, conservando algunos apellidos extranjeros, su fisionomía (cabello claro, ojos azules, etc.) o bien fiestas como la de los huevos pintados (que se dan en zonas muy dispares, desde Asturias hasta Europa Central).

Hoy todavía es fácil encontrar a carolinenses rubios, altos, con piel y ojos claros, que nos recuerdan a alemanes, austriacos o suizos. Igualmente sucede en las demás poblaciones integradas en el Fuero. Los apellidos Auffinger, Eisman, Kobler, Metzveiler, Minch, Mitelbrum o Hans son clara reliquia de aquellas familias que un día decidieron abandonar sus países, sus costumbres y sus familias para venir a España con la ilusión y la esperanza de mejorar sus vidas.

Lo de que mi padre, sevillano como nadie y con veintinueve años se viniera a Caspe a trabajar y se enamorara de una caspolina, ya es historia sabida.

Belén Hans Giraldos



[1] Carlos III fue un rey español destacado en el movimiento de la Ilustración. En política interior, intentó modernizar la sociedad utilizando el poder absoluto del Monarca bajo un programa ilustrado. En la línea de la Ilustración , Carlos III realizó importantes cambios con ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados, como el Marqués de EsquilacheArandaCampomanes entre otros.

 

[2] LÓPEZ PAYER, Manuel Gabriel. La Carolina, capital de las nuevas poblaciones de Sierra Morena. La Carolina (Jaén): Orellana Perdiz, [s.f] Disponible en: http://www.orellanaperdiz.es/nueva/?page_id=67

 

[3] GÓMEZ VÉLEZ, Ana Mª. Carlos III y las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía [en línea] Granada: Universidad de Granada; Facultad de Filosofía y Letras; Departamento de Historia del Arte, 2007 [Consultado 01-08-2014] Disponible en: http://www.spao.es/documentos/boletines/pdf-boletin-seccion-3-secciones-57306.pdf

 

[4] PÉREZ, A. El fuero de Nuevas Poblaciones. 1767.  Historia Moderna: Aquí fue Troya, [s.f.] [Consultado 01-08-2014] Disponible en: http://aquifuetroya.com/2011/09/29/el-fuero-de-nuevas-poblaciones-1767/

[5] EL PAÍS. Cuando los alemanes emigraban a España. Prisa: [S.l.], [s.f.] [Consultado 01-08-2014] Disponible en:  http://elpais.com/diario/1983/05/22/espana/422402408_850215.html

 

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