Castillos de Aragón: VILLEL

A orillas del Turia, a 15 km. de Teruel, camino del Rincón de Ademuz, carretera nacional 330 que lleva a Valencia. Demasiados caminos de Teruel llevan a Valencia. El Guadalaviar y el Alfambra se unen en la capital y forman el Turia, que discurre hacia Valencia atravesando un desfiladero precioso y angosto. «Al otro lado del estrecho», dice la propaganda turística, que también discurre, está Villel. Y arriba, arriba, en un picacho, enhiesto, dominando todo, está el castillo. Casi todos los castillos están estratégicamente situados y casi todos tienen posición de vigía, pero Villel es prácticamente sólo eso, un claro ejemplo de castillo táctico. Un recinto que justo se adivina desde abajo, y una escenográfica torre en su punto más alto, totalmente inaccesible. Restaurada hace unos años, mantiene su aspecto medieval. Desde el recinto, los que arriba lleguen, pueden entrar por una escalera volada exterior. Verán poco castillo, pero mucho Teruel. Me dicen en Casa Pedro que había un pasadizo que iba al otro lado del Turia, al cerro de la Horca. También, que es muy antiguo y que es de los moros. En todos los sitios cargan a los moros el afán guerrero que encarnan los castillos, cuando la mayoría son al revés, cosa de cristianos. Pero éste era de los Banu-Racín de Albarracín. Ocupado por El Cid, camino de Valencia, claro. Reconquistado por Alfonso II y entregado a los Templarios y después a los Sanjuanistas. Villel fue el siglo XIV cabeza de Encomienda de San Juan y primer destino de Juan Fernández de Heredia, que llegó a gran maestre de Rodas.Lo conquistó Pedro I de Castilla camino de Valencia y los franceses napoleónicos porque les iba de camino… de Valencia.

villel

Una anécdota: en Villel nació Tadeo Calomarde, ministro de Fernando VII, aquel que se hizo famoso por la réplica a la bofetada que le dio la infanta Luisa Carlota: «Señora, manos blancas no ofenden». Pero escuece. Como que se haya secado el balneario y hayan tenido que cerrar algunas fondas. Menos mal que la fuente de El Tranco mana constante y no se seca. Naturaleza a tope. Entre hoces y gargantas, y nunca mejor dicho, se come buena «conserva» de la matanza y buen jamón. Romerias, ermitas, fiestas en el campo en parajes muy atractivos.El 8 de setiembre se sube a la Fuensanta. El día 9 se celebra Santa Otilia, una religiosa alemana de clausura que aquí tiene por patrona. Hay que ir, porque cualquier día es bueno para ver este castillo, en un peñón, junto al estrecho, y no el inglés, sino Teruel. Camino de Valencia.

Texto: Miguel Caballú
Dibujo: Teodoro Pérez Bordetas
(Publicado el 13 de mayo de 1999)
 
 
Posted in Sin categoría

Los comentarios están cerrados.