En aquellos terribles y luctuosos años de posguerra, el programa de las fiestas patronales servía para justificar la ideología de los vencedores, loar a los caídos «por Dios y por la Patria» y bendecir al «Caudillo invicto». Nada se decía de las decenas o centenares de paisanos que tuvieron que huir de España para salvarse de una muerte o una represión seguras.
No obstante, no todo era exaltaciones patrióticas. Hubo también interesantes dosis de erudición. Destacamos a dos personas: el arqueólogo caspolino Manuel Pellicer Catalán y el profesor Francsico Alloza Belenguer, alcorisa de nacimiento, hombre de letras y uno de los pilares de aquel Colegio de Ntra. Señora del Pilar que, fundado en 1941, desarrolló su labor educativa durante un par de décadas.
Copiamos hoy su poema a la mujer caspolina, escrito en 1946 y publicado en el programa de fiestas de 1949.
Relamido
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