Una ojeada a los programas de fiestas de los años veinte -del siglo pasado, se entiende- nos convence de que el Caspe de inmediatamente anterior a la Guerra Civil era una población enormemente con una gran vida comercial y económica. Cantidad de anuncios publicitarios, en muchos casos realmente ingeniosos, muestran la pujanza de una ciudad que, por entonces, superaba los doce mil habitantes.
No faltaban , como vemos, guiños de humor, que leídos desde la perspectiva actual emanan cierto halo de candidez.
¿Fue por chistes como estos por los que Caspe estuvo cerca de consagrarse como el pueblo más divertido de España? No creo
Relamido
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