Todavía hay muchos caspolinos que recuerdan al doctor Eduardo Muros, que durante varias décadas que ejerció su profesión en la calle San Vicente Ferrer. Como todos los médicos, levantó muchas simpatías y algún que otro recelo; a unos les «atinó» y a otros les hizo un chandrío. Pero en lo que todo el mundo parece coincidir es en sus métodos algo expeditivos para extraer una muela.
Una vez por semana pasaba consulta en Maella. Desde el Ayuntamiento se «alertaba» de la llega del doctor pregonando a todo trapo la célebre jota La Fiera.
Nadie le tema a la fiera, que la fiera ya murió; al revolver una esquina, un valiente la mató.
Ya se sabe: no hay mal que cien años dure (ni cuerpo que lo resista).
El Relamido
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